ÚLTIMA PÁGINA

Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Contad conmigo

Artículo publicado originalmente en la sección "Última Página" de la Revista "El Norte", correspondiente al mes de enero de 2013 


Con alegría, confianza en el futuro y, sobre todo, con mucha ilusión quiero iniciar mis colaboraciones en esta «Última Página» de El Norte en su primera edición de 2013. Si bien es cierto que tenemos todos un año más a nuestras espaldas, no puedo negar que mi actitud es positiva; mi deseo de continuar con nuevos trabajos literarios en los que dar a conocer antiguos o nuevos aspectos de la vida de esta ciudad me mantiene activo y con ganas en la brecha del trabajo. Como se suele decir, «al pie del cañón». Una agradable sensación que me embarga de vez en cuando de que «algo» ha fructificado en aquella siembra divulgativa que inicié en 2003, me sigue dando ánimos suficientes para continuar.

Coincidirán conmigo, sobre todo los que más atentos están a estas cosas, en el desierto literario que sobre temas bastetanos se abría a los lectores de esta ciudad; un libro sobre Baza en 37 años era lo único que guardaban las librerías sobre temas locales. Orgulloso y satisfecho estoy de haber terminado con esa sequía intelectual. Hoy, cualquier stand sobre temas locales supera la veintena.

A pesar de esta realidad, Baza tiene aún mucho de qué hablar y bastante más de qué escribir. Su historia guarda infinidad de temas que todavía ni han sido estudiados ni publicados. Es cierto que esta labor requiere mucho trabajo de investigación, de tiempo, de dedicación… pero la ciudad de Baza es agradecida y les aseguro que al final recompensa el trabajo que se hace por ella y para ella.

Como digo, 2013 se abre con esperanza e ilusión para mí. Pero me gusta siempre, antes de adentrarme en nuevas «aventuras», hacer balance y resumen, aunque sea rápido y somero, de lo más reciente que queda en el pasado.

En 2012 dejé en el aire y en las páginas de esta revista la necesidad que tiene esta población nuestra de disponer de una fototeca pública; me consta que más de una familia bastetana estaba dispuesta a aportar «sus joyas familiares», fotografías de las bodas de los abuelos, e incluso bisabuelos, celosamente guardadas en casa, a las que se podrían unir los grandes acontecimientos familiares y sociales. Son muchas las familias importantes de esta localidad que posaron ante los pioneros de la fotografía.

Propuse en su momento que no dejáramos perder las herramientas de las profesiones gremiales: zapateros, carpinteros, sastres, boteros, impresores, cordeleros, herreros, hiladores y otros muchos oficios artesanos que dieron vida y prestigio industrial a Baza. Qué decir de los aperos de labranza, que poco a poco se van perdiendo por la mecanización del campo, útiles de matanza o de elaboraciones gastronómicas varias, serpentines de destilación… ¡qué gran campo hay en esta materia!

Solicité y sigo solicitando aún hoy que en esa corriente político-cultural de estos años de llenar las plazas con estatuas, se haga justicia con la historia de Baza y en la Cava Alta, al pie de la alcazaba, que fuera germen de la ciudad que ahora tenemos, se ubique una efigie del fundador de la Baza musulmana, Suar Ben Hansun.

De cara a acontecimientos venideros, reclamé la recuperación para la nueva biblioteca de ejemplares de periódicos, revistas y libros editados en nuestra ciudad, ¡qué orgullo sería para las generaciones venideras! En el siglo XIX llegamos a tener en nuestras calles hasta tres imprentas en pleno funcionamiento; se editaron periódicos en pequeño y en gran formato y, como yo mismo he podido comprobar en mis manos, se publicaron casi una veintena de libros en siglos pasados en Baza.

A lo largo del año pasado he escrito también sobre lo conveniente que sería para esta ciudad, disponer de una sala en la que estuvieran las heráldicas y los escudos de armas de los 69 hijodalgos que vivieron en nuestros caserones y que le dieron fama y honra. Los actuales habitantes y los visitantes conocerían los grandes apellidos que tenían domicilio en Baza, aunque con el paso del tiempo se hayan perdido de ella.

Finalmente, como también comentaba en una quincena anterior, insisto en la conveniencia de recoger todo lo concerniente al mundo del toro, que tanto arraigo tiene en Baza, y exponerlo en un pequeño o gran museo, que por el enorme y valioso material que yo sé que existe, no desmerecería de ningún otro.

¡Queda tanto por hacer, en tantos aspectos, por esta ciudad! El inicio de año es siempre un buen momento para plantearse nuevos retos y metas y para que todos los que dicen querer a esta población se pongan manos a la obra. Hagamos nuestra la gran frase de aquel presidente norteamericano y no nos preguntemos qué puede hacer mi ciudad por mí, pensemos qué podemos hacer nosotros por ella.

Ánimo y pongamos cada uno nuestro granito de arena; entre todos haremos una gran ciudad. Y, por supuesto, contad conmigo.