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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales
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CARNAVAL, CAROCAS E INDIGNADOS
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Artículo publicado originalmente en la sección "Última Página" de la Revista "El Norte", correspondiente a la segunda quincena de febrero de 2012
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Un año más, puntualmente, llegan las fiestas del Carnaval, aunque aquella rigidez de “los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza”, ahora, por razones de política económica, se han quedado reducidos a un triste final de semana. Algo es algo, no nos quejemos, que tal y como están las cosas podríamos quedarnos sin nada.
¿Qué fue de aquella esencia carnavalesca? La fiesta ciudadana
de alegría, música y bailes de disfraces, solía
venir cargada también de libertad de expresión en la crítica
a todo lo realizado por las autoridades nacionales y
locales en el ejercicio de sus funciones durante el año
anterior. Pero el Carnaval se nos ha quedado reducido
solamente a la gracia en el vestir, si es que existe; el
salero y la originalidad en el decir, que animaba y divertía
el Carnaval de nuestros padres, hace tiempo que viene
siendo «acaparado», por ejemplo, por los mensajes
que han empleado los indignados de todo el mundo a la
hora de exponer sus ideas sobre la realidad que vivimos. |
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Los políticos, los banqueros, el ladrillo… todos en sutil
amalgama han pasado por sus pancartas y frases; en
ellos, una palabra y un dibujo han dado a conocer la
situación actual más que todo un arsenal de libros explicativos
de esa misma situación social. |
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En esta ciudad nuestra, todo está siendo
tratado de una forma tan políticamente
correcta que no hay ni una sola chirigota
que ponga en la picota las malas
prácticas o las actuaciones perjudiciales
para tal o cual barrio, de las autoridades
municipales. Todos sabemos que
ha habido muchas, no faltarían contenidos
reales. Menos aún la crítica al gobierno,
que ya ha sido castigado suficientemente
en las urnas. |
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Ni una sola Caroca, esas composiciones
bufas que en ciertas ocasiones se
exponían en los bajos del antiguo Ayuntamiento,
y que con gracia nos explicaban
gráficamente y con su quintilla
adjunta asuntos tan de aquí como el saber dónde ha ido a
parar la estatua del Cascamorras
o las cuatro hermosas farolas
isabelinas de la Plaza de
las Eras; o sobre los dineros,
que cual hucha sin fondo se libraron
para proyectos en la Alcazaba,
San Jerónimo… No
estaría más que en una de estas
creaciones se preguntaran
por qué con los miles de euros
que año tras año se venía gastando
el Ayuntamiento en el
alquiler de una carpa en estos
días de Carnaval, no se tomó el acuerdo de invertirlos en el
teatro Dengra y llegar a poner
en servicio público este local
de propiedad municipal.
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Todo por aquí es «correcto». Me
recuerdan estos años actuales
a aquellos de mi juventud, en
plena Dictadura, en los que su
algo se quería aclarar siempre saltaba la frase,
en boca de los obedientes ciudadanos: «no le
hurgues, que es peor». El caso es que, cuando
era joven, me quedé sin la aclaración de numerosas
preguntas, lo mismo que ahora me quedo
sin contestación a las que me formulo de
mayor. Una pena. Nunca mejor oportunidad que
estos días de Carnaval para sacar a la luz pública
aquello que es digno de crítica nacional o
municipal. |
Aquí en Baza nos conformaremos con que en
las capitales españolas y en gran parte de las
del mundo entero, aún en épocas que nos son
de Carnaval, ni de Carocas, con curiosas pancartas,
mitad coplillas de Carnaval y mitad Carocas Carocas,
digan lo que se siente
sobre la situación actual. Algo
es algo.
Para terminar, mi felicitación a
los bastetanos que mantienen,
pese a todo, el espíritu del Carnaval. A todos ellos:
Gracias por querer a esta fiesta.
Gracias por querer a esta gente.
Gracias por querer a esta tierra. |
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