|
|||||
Los Corregidores conjuntos de Baza y Vera
|
|||||
Hablamos en este artículo de la ciudad de Vera, a la que muchos bastetanos acuden, como si fuera una peregrinación obligada, cada verano para luchar contra los calores del estío. De entrada podemos apuntar que la enorme atracción y afecto personal que mutuamente se tienen los pobladores de las ciudades de Baza y Vera no son fruto de este momento, ni siquiera de este siglo… buceando en la historia, como nos gusta hacer a nosotros, encontramos que estos dos lugares han tenido siempre una grata correspondencia. Y que incluso han estado en determinados momentos de la historia sujetos al poder de un mismo Corregidor, un dominio común para ambos municipios. Vamos a conocerlo. |
|||||
|
|||||
Según los cronistas de la época, les son entregadas las llaves de las fortalezas por las que han pasado las dos primeras columnas militares y sin lucha alguna, según lo estipulado en las capitulaciones de la ciudad de Baza. Sólo en algunas ciudades se producen conatos de rebelión ciudadana (por ejemplo en Guadix) ante esta rendición pactada entre los Reyes Católicos durante el asedio de Baza. La toma militar o reconquista de toda la parte oriental del reino de Granada se ha realizado entre los años 1488 y 1489, y finaliza con la entrega de las llaves de Granada en el mes de enero de 1492. Durante este periodo de tiempo, las ciudades, villas y lugares ganados al último reino moro en la península, han tenido en un primer momento una dependencia militar, es decir, que los pueblos han estado bajo el mandato de los Alcaides cristianos, instalados en las fortalezas o guarniciones ocupadas por el personal militar. Pero es en estos primeros momentos cuando se ha de conjugar el poder real con los tratados o capitulaciones que han ido firmando los soberanos cristianos con los caudillos moros, documentos en los que se les permitía que la población mudéjar, que lo era en su mayoría, siguiera con su propia administración e incluso que los tribunales de justicia la impartieran a su uso y costumbre mora. Para ello, los Reyes Católicos habían dejado nombrados a los hermanos Alí y Mohamed Abduladin, notables, cultos y juristas moros de la entera confianza de los Reyes y acreedores de un máximo respeto por las masas musulmanas. |
|||||
Es en este primer momento de la toma de las ciudades y fortalezas, cuando se ha procedido a la designación de los siguientes Alcaides, entre otros: de Baza, a Enrique Enríquez; de Purchena, a Juan de Benavides; de Overa, a Tomás de Morata; en Huércal-Overa a Martín Fernández Fajardo: en la comarca de los Vélez, a Juan Ponte; en Vera, a García Lasso; y en Mojácar a Iñigo de Zúñiga. Inicialmente, estos alcaides tenían poderes de intervención relativa sobre la población musulmana, ya que se tenía que respetar en todo momento lo pactado en las capitulaciones, y máxima autoridad en la población cristiana que empieza a instalarse en estos parajes iniciando una tímida repoblación. | |||||
|
|||||
Aparece pues en las instituciones administrativas a aplicar en el reino de Granada, el Corregimiento. |
|||||
|
|||||
No era intención de los Reyes Católicos el repoblar con elementos cristianos estos nuevos territorios de la Corona, estimaron mejor que bastaba con la ocupación de sus fortalezas por el estamento militar. Sin embargo, pronto se inicia un proceso de repoblación de todos estos territorios; en pocos años vemos como vienen llegando y estableciéndose familias del más remoto lugar de la península. Por suerte, se dispone en prácticamente todos los lugares, villas y pueblos incorporados a la Corona, de los llamados «Libros de Repartimiento», donde se detallan las adjudicaciones a los nuevos pobladores de las propiedades que disponían los moros en estos lugares; es a partir de estos repartos cuando podemos decir que se inicia la vida municipal, con la instalación de las instituciones vigentes en el resto del país. Se empiezan a conocer núcleos fuertes de población castellana (cristianos viejos), en Guadix, Baza, Vera, Moxacar y otros lugares. Es en estas poblaciones en las que se establece un punto de referencia a la hora de adscribirles un determinado territorio, teniéndose en cuenta entonces el hecho de que por los moros las tierras estaban divididas en «comarcas naturales» y éstas en las llamadas «tahás», y que éstas incluían dentro de su denominación a otras estructuras más pequeñas: «tierras», «términos», etc. Todas estas zonas se adaptan poco a poco a las denominaciones castellanas de «lugar», «aldea», «villa» o «ciudad», según su población e importancia. |
|||||
|
|||||
Los Reyes Católicos no habían abandonado en modo alguno su cuota de poder en los terrenos conquistados. Así, los pueblos que no van a ser repoblados son cedidos como «señoríos» a sus fieles militares por los servicios prestados en la guerra, y aquellos que sí admiten repobladores quedan bajo el poder real como «realengos», en los que se establece la figura del Corregidor. En el caso de Baza, vemos como son «realengos» Baza, Matarrolla, Benzalema, Benamaurel, Cúllar y Caniles. | |||||
|
|||||
Baza y Vera son los dos puntos más importantes de esta región. Ambas nacen en principio como sedes de un Corregimiento y los monarcas tienden en todo momento a favorecer a estos dos lugares concediéndoles toda suerte de privilegios con el fin de que los mismos se pudieran repoblar, a la vez de que fueran el centro de abastecimiento de mercaderías a otros pueblos más apartados y lejanos de las vías de comunicación. Les favorecen incluso dando exenciones fiscales para que aumente su número de habitantes y se fortalezca su comercio. Es entonces cuando los Reyes empiezan a dar a estas ciudades sus «Fueros» u «Ordenanzas», con los cuales reglamentaban a los Concejos; en todas estas Leyes y disposiciones aparece la figura del Corregidor como representante del poder real. | |||||
|
|||||
Igualmente encontramos reflejado como Corregidor de Baza, al bachiller Juan López Navarro, personaje con el que quedan unificados ambos Corregimientos, Vera y Baza, imponiéndose la obligación a este nuevo corregidor, de que residiera ocho meses en la ciudad de Baza y cuatro meses en la ciudad de Vera. Su etapa queda fijada entre los años 1495 y 1498. Hay en la ciudad de Vera, igualmente, constancia de que el Corregidor de dicha ciudad en el año 1498 lo fue igual y simultáneamente de la ciudad de Baza. Nos referimos al doctor Abellán de Murcia. | |||||
|
|||||
Como representante del poder central (Rey), podría pensarse que junto a la designación de un Corregidor se libraba por el estado central el importe de su nómina. Nada más lejos de la realidad. El abono de los emolumentos de este dignatario real era sufragado por los pueblos sobre los que se realizaba su jurisdicción. Sobre los pueblos se procedía a un repartimiento de cargas, y éstas quedaban fiscalizadas por la Corona (Consejo Real) a través de una detallada relación de ingresos y aportaciones recibidas por un Corregidor, que debía de enviar el nuevo designado para el cargo con el fin de que nunca fueran sus ingresos inferiores a quien le había antecedido en el ejercicio. | |||||
|
|||||
Sobre esta materia de los fraudes en la administración del tesoro público, tal es el escándalo que en un momento determinado se les privan de estos cometidos y le son encomendados, en el caso de Vera, al Alcalde de Mojácar, Pedro de Luján. En el caso de Vera, son tantas las quejas dadas contra el Corregidor Diego López de Burgos, tanto por el Concejo local como por los representantes de la población musulmana de Antas, Oria, Cantoria y otros lugares del Valle del Almanzora, en los que este Corregidor había esquilmado los bienes de las mezquitas e incluso condenado a vecinos a la esclavitud, que es llamado a solucionar este enorme problema el Corregidor de Baza, don Juan López Navarro, con lo que este Corregidor asume en su ejercicio todo lo concerniente a los Corregimientos de Baza, Vera y la villa fuerte de Mojácar. Mas cuando este buen Corregidor pretende cobrar su sueldo, encuentra a los Concejos bajo su jurisdicción, «con las arcas flojas, cuando no vacías», hecho éste que se comunica a los Reyes Católicos, a la vez que se les informa de la solución dada a todos los problemas creados por el Corregidor licenciado Diego López de Burgos. Da este informe lugar a que en una carta del 10 de noviembre de 1496, dirigida por los Reyes Católicos a los Concejos de Vera, Baza y Mojácar, se ordene que se les abonen de sus propios y rentas el dinero que se le debía al Corregidor Juan López Navarro. Fueron varios los Corregidores nombrados para estas demarcaciones conjuntas de Baza y Vera; y en sus nombramientos y para mejor ejercicio de su función, se les autoriza el nombrar en las poblaciones más importantes: Baza, Vera, Huéscar, Mojácar, Vélez Rubio y Vélez Blanco, un Alcalde Mayor, o lugarteniente del Corregidor, con lo cual la autoridad real quedaba garantizada en ausencia del titular. Se tenían en ambas poblaciones, Baza y Vera, dos alcaldes ordinarios en aplicación del Fuero concedido a las mismas por los Reyes Católicos, por lo que el Alcalde Mayor se elegía entre uno de ellos. Quedaban sometidos a su autoridad, en Baza, los representantes de las justicias de: Baza, Benzalema, Matarrolla, Benamaurel, Caniles, Cúllar, Macael y Larolla, y en Vera: Vera, Antas, Mojácar, Turre, Cabrera, Teresa, Serena, Bédar y Zurgena. |
|||||
|
|||||
De Baza ya hemos citado anteriormente los señoríos creados en Cortes, Castilléjar, Castril, Freila, Vélez Rubio, Vélez Blanco, Huéscar y Zújar, y como don Enrique Enríquez tenía a Orce y Galera como señoríos propios, al igual que varios lugares de la Sierra de los Filabres, con los que posteriormente sus herederos constituyeron un gran Mayorazgo. Dentro de los espacios de esta misma Sierra de los Filabres, las poblaciones de Gérgal y Bacares eran señoríos de don Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago; Benitagla lo era de don Pedro Manrique de Lara, duque de Nájera; y Senés y Velefique lo eran de don Juan Téllez Girón, conde de Ureña. Todos estos señoríos fueron prácticamente concedidos en el año 1492, finalizada la toma de Granada, y como agradecimiento real a la aportación de esos señores a la gesta bélica felizmente ultimada. Bibliografía: |
|||||