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LA PLAZA DE SAN FRANCISCOArtículo publicado originalmente en la sección "Rincones Bastetanos" de la Revista "El Norte", correspondiente a la primera quincena de mayo de 2012 |
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Su construcción se inició sobre el año 1490, bajo la advocación del santo de Asís en su rama de monjes mendicantes. La historia nos indica que fue una gran construcción en ladrillo y mortero, capaz para albergar a más de 35 monjes. Disponía de una iglesia en la que lo más importante eran sus capillas, donadas por benefactores que mantuvieron su esplendor; se reservaron los señores Enríquez–Luna la capilla del Altar Mayor, en la cual únicamente podrían ser enterrados miembros de su familia. Una disposición de 1509, dice así: “y que los frailes que son y fueren de aquí en adelante no pueden ni deben consentir que alguno otro allí sea enterrado”. |
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Por estas y por otras muchas circunstancias, tuvo este convento de San Francisco leyendas que le dieron fama y renombre y que yo mismo reedité en mi libro de Leyendas Populares Bastetanas”. La Plaza de San Francisco fue históricamente, y aún lo es hoy día, el nudo principal de las comunicaciones Norte-Sur y Este-Oeste de nuestra ciudad. En todas las administraciones públicas encontramos referencias a este emplazamiento, a su abandono, a la imagen que da de la ciudad, a la estrechez de sus vías de circulación. En el siglo XIX se autorizó la construcción de las viviendas situadas frente al viejo convento, que ya no era tal, sino que se había convertido en un parador “El Parador de Levante”. Frente a él estaba la Rambla de Alamillos o Alamicos), una especie de centro de perversión ciudadana, refugio de contrabandistas, gentes de mal vivir y “en cuyas riveras perdían la virginidad las jóvenes bastetanas”. |
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Durante los dos primeros tercios del siglo XX, el edificio que acogió el convento de San Francisco fue la Terminal de viajeros de la empresa “Maestra”; la Autedia se localizaba en la entrada de la calle Alamillos. Aunque todo esto cambió radicalmente al inaugurarse la Estación de Autobuses, en el año 1983, en la calle Reyes Católicos. Destruido el convento, a mediados de los años setenta, para edificar allí el actual bloque de viviendas, sólo se acertó a rescatar del mismo lo que fue el patio de dicho recinto, que se trasladó a la Alcazaba para su exhibición. Su contemplación nos puede dar una idea cercana de la grandeza de este convento, del que también nos han quedado algunas fotografías anteriores a su demolición y del interior de sus capillas. |
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