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LA CONQUISTA DE BAZA CONTADA POR LOS VENCIDOSArtículos publicados originalmente en la sección "Memoria y Opinión" de la revista "El Norte", en la segunda quincena de diciembre de 2005. |
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El pasado 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara [referido por el autor al año 2005], se cumplían 516 años de la conquista de Baza a los musulmanes, por parte de las tropas cristianas de los Reyes Católicos. Un hecho importante para la historia de nuestra ciudad que siempre nos han contado como algo heroico. No obstante, hemos tenido oportunidad de acercarnos a este acontecimiento desde el punto de vista de los derrotados, en los que la historia presenta otras circunstancias. Les ofrecemos un fragmento de los Reyes Nazaritas incluido en las publicaciones del Instituto General Franco para la Investigación Hispano-Árabe, sección 2ª, número 2 y editado por Gráficas Bosca, en Larache, en el año 1940. El sitio de la ciudad de BazaEn el mes del Recheb del año 894 (1488 en el calendario cristiano), salió el enemigo con su ejército, en dirección al castillo de Muchar. Púsole sitio y a los pocos días de combatirlo reciamente logró apoderarse de él. Ocupó asimismo otros castillos cercanos al citado y a la ciudad de Baza. Por fin, dirigióse a esta última ciudad, acampando en sus cercanías. Encontrábase bien provista de caballería e infantería, de pertrechos y de víveres, hasta el punto de que cada vez que el sitiador se acercaba a la ciudad, con ánimo de combatir a los musulmanes, tenía que retirarse fracasado y con pérdidas. Grande fue el número de muertos del enemigo, quien no logró, sin embargo, impedir la entrada y la salida de la ciudad, como lo había hecho con otras poblaciones. Al contrario, tenían entrada franca todos los valientes que, de pie o de a caballo, acudían en socorro de la misma. El enemigo permaneció frente a la ciudad los meses de Recheb, Habau y Ramadan. Pero los musulmanes se sostenían en ella, dominando al enemigo de modo que, siempre que este intentaba acercarse al poblado, los sitiados lo contenían y lo hacían retroceder, decepcionado y con pérdidas. Y así no pudo poner en batería sus cañones ni otras máquinas de guerra. |
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Siguieron los de Baza resistiendo tan apretado sitio durante los meses Hawab, Dulcada y Dulhicha. A fines de este último mes los notables de la ciudad hicieron, sin que se enterase el vulgo, un recuento de los víveres que quedaban; y como los encontraron suficientes sólo para pocos días, enviaron emisarios al Rey de los cristianos, solicitando salvoconducto bajo ciertas condiciones que le propusieron. Habiéndole encontrado propicio se concertó una tregua entre ambas partes. Por fin, las conversaciones, que se llevaban a espaldas del vulgo, condujeron a que las proposiciones fuesen aceptadas en su totalidad. |
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Evacuada la población y ocupada por los cristianos, salieron sus moradores para los próximos arrabales, salvos, y llevando consigo muebles y efectos. En la ciudad no dejaron más que los techos. El enemigo puso al frente de la ciudad, como gobernador, a uno de sus capitanes. Organizó la población y la abasteció de lo necesario: víveres, provisiones y máquinas de guerra, partiendo después de Baza para Almería. En este trayecto no pasó por castillo o Alqueria cuyos habitantes no entrasen en su dominio y obediencia, sin cerco ni combate alguno. |
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