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EL ENTERRAMIENTO EN SAGRADOArtículos publicados originalmente en las "Páginas Centrales" de la Revista "El Norte", en la segunda quincena de mayo de 2009 |
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Tras la sorpresa inicial y después de releerla un par de ocasiones, empecé a preguntarme el por qué de esta petición y los motivos que la habían provocado, que seguro me llevaría a investigar y a profundizar en algún aspecto curioso de nuestra historia. Siguiendo mi ánimo investigador llegué a la Real Cedula de 3 de abril del año 1787, por la cual, el Rey Carlos III pretende imponer dentro de sus vastos territorios lo que ya era una norma casi generalizada en los países europeos. Se trataba nada menos que de sacar de los límites de las iglesias, es decir, de las iglesias y huertos cercanos, llamados “lugares sagrados”, los enterramientos de los difuntos de las citadas parroquias. Y es que cada parroquia disponía de un pequeño cementerio para sus feligreses. |
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El caso es que en la nueva normativa real, a pesar de que antes de dictarla se había informado por numerosos embajadores de como se realizaban los enterramientos en diversos países, no se llega a publicar con la nitidez necesaria para que se cumpliese esta prohibición de dar sepultura a los cadáveres “intramuros”. |
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Lo cierto es que la costumbre de “enterrar en sagrado”, es únicamente de origen cristiano. Los más antiguos, los primeros cristianos, debido a las persecuciones a que eran sometidos en tiempos del Imperio Romano, iniciaron el procedimiento de dar sepultura a los fieles en las llamadas “catacumbas”, en las que igualmente se realizaban los ritos de ese nuevo cristianismo. El recuerdo del antecesor fallecido y su deseo de que tenga reposo su alma, ha hecho que la humanidad siempre tenga deferencias reverenciales a los muertos. | |||||
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Otras Leyes posteriores, como la del Fuero Juzgo (año de 1241), vuelven a insistir en la prohibición del enterramiento en las iglesias, especialmente por el hedor que se desprende de ellas y por el temor de los fieles a frecuentar dichos lugares, motivado por la enorme superstición existente en dichos tiempos. Sin embargo, es muy fuerte la presión para seguir con el rito de dar “reposo al alma en lugar sagrado”. En el año de 1318, en las famosas “Partidas de Alfonso X el Sabio”, vemos como se quiebra esta prohibición al permitirse “ el que algunas nobles personas puedan ser soterrados en la Iglesia”, con lo que se rehabilitaba lo ya acordado por el Concilio de Toledo, del año 792. Se entra pues de lleno en una época en la que los enterramientos se realizan casi todos en las iglesias, monasterios y conventos. Nunca han dejado de enterrar a frailes y monjas en iglesias, capillas o huertos conventuales, ya que cuando los edificios han quedado pequeños, se ha ampliado el “lugar sagrado” al huerto más próximo. En las Iglesias se ha permitido la creación de capillas “particulares”, cuyos benefactores, en contraprestación, han logrado en las mismas la construcción del panteón familiar. | |||||
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Para estas Hermandades y Cofradías era una de sus reglas principales “acompañar a la última morada”, a sus miembros, así como hacerlo llevando paños negros, cirios y costear misas de difuntos (de mes, de años, etc). El irrenunciable deseo humano, de “seguir siendo” después de la muerte, ha llevado a la construcción de grandes mausoleos y enormes sepulturas, en las que también se refleja la naturaleza humana. |
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Los primeros datos los encontramos en el mes de junio del año 1832, cuando el Ayuntamiento ha de cumplimentar unos informes que se le requieren, con motivo de haberse declarado en algunas zonas de la península el “cólera morbo”. Por el citado informe podemos conocer como, desde tiempos de Carlos IV, Baza dispone de “un cementerio al final de la calle de San Sebastián, fuera de la población y mirando al Norte, forma cercado con la Ermita, que está semidestruida. Que el provisor eclesiástico, juntó fondos con la venta de otra Ermita y solo logró caudales para hacer la Puerta de la Ermita llamada de San Sebastián, pero que el interior está aún sin terminar, ni siquiera enfoscado; que este Ayuntamiento carece de fondos propios, como consta a V.S. que las parroquias están también sin fondos, y salvo un repartimiento entre los vecinos, no podrá repararse este, que es el único sitio en el que se depositan los restos de los que dejan de existir en esta ciudad. |
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En el año 1835, y con motivo de la mortandad producida por el “cólera”, no hay ya lugar para los entierros en el cementerio de San Sebastián y se adquirió el terreno próximo por el Cabildo Religioso. Llegado el momento de realizar en el mismo el primer enterramiento, se opone tajantemente el anterior propietario, quien manifiesta que se opone a dicho enterramiento “hasta que no le sea abonado el importe de su finca”, lo que nuevamente origina un conflicto entre Ayuntamiento y Cabildo Eclesiástico, ya que corresponde a éste último el pago del terreno, según los acuerdos de años anteriores. Como siempre, el problema es económico, al ser considerado el cementerio “lugar sagrado”, es la Iglesia quien percibe las tasas de entierro en dicho lugar, pero siendo ya cementerio y enterramiento civil, correspondería el cobro al Cabildo Municipal. |
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La decisión tarda en tomarse más de cinco años, influyendo definitivamente el cólera declarado en la ciudad. Adquiridos los terrenos, se empiezan a realizar unos pocos entierros en este lugar. A raíz de la enorme tormenta caída en nuestra ciudad en el mes de agosto del año 1893, en la que entre otros muchos daños se caen las tapias del Cementerio de San Sebastián y el arrastre de tierras hace que queden muchos nichos al descubierto, se inicia un proceso de traslado de cadáveres a los nuevos terrenos, lo que es realizado por las familias más pudientes que inician en el mismo la construcción de nichos en su perímetro. | |||||
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Históricamente se ha reconocido como la Iglesia de San Jerónimo llegó a ser un panteón de la familia Enríquez -De Luna. En el interior de la citada Iglesia estuvieron enterrados los creadores de este Mayorazgo con sede en Baza. También hay constancia de panteones de algunos de sus descendientes. Existen aún lápidas mortuorias, tanto en la Iglesia Mayor, como en la de San Juan; no así en la Iglesia de Santiago, en la que con la ultima obra de reforma y colocación de nueva solería han desaparecido estos vestigios históricos de los “enterramientos en sagrado | |||||
EL ENTIERRO DEL SEÑOR OBISPO
En el año 1757, fallecía en esta ciudad el Obispo FRAY MIGUEL DE SAN JOSÉ. Era en el mes de Mayo, el día 17 y, según los datos, era Abad de esta Santa Iglesia DON FELIPE DE ACUENZA, el cual deja constancia del entierro que se le hizo en esta ciudad al Obispo fallecido. Los datos del libro 19 de Acuerdos Capitulares, que comprenden los años de 1753 a 1757 (Archivo de la Iglesia Mayor) reflejan: |
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Han cuatro capas negras que con cetros de plata llevaban los cuatro beneficiados de las parroquias de esta ciudad. Hizo el oficio el Señor Abad, con capa pluvial. Se organizó el entierro, tomando las cruces las comunidades, clero, y cabildo, el mismo lugar en que procesionalmente salieron de esta Iglesia, llevando el cadáver en medio de los dos coros del cabildo; los mas dignos de los Señores Prebendados, que estaban sin oficio. Iban a cada lado del ataúd cuatro familiares de S.S. en sotana y con hachas encendidas. Los caperos se pusieron dos delante y dos detrás del ataúd. Fue dicha procesión fúnebre por la Plaza de la Magdalena, calle de las Carnecerías abajo ,puente y calle de la Cava, Puerta de la Encarnación y Plaza Mayor hasta su Iglesia. Hubo tres paradas: una en la calle de las Carnecerías, frente a la Plaza Nueva, otra en la puerta del Oratorio de San Felipe Neri ( con una túmulo decente y bastante cera que costeó dicha congregación, teniendo las puertas de su Iglesia y cancel, abiertos y manifiesta con bastantes luces en su trono la imagen de Maria Santísima de los Dolores) y otra en medio de la Plaza mayor. En dicho entierro, después de los Señores, Abad ,Diácono y Subdiácono, seguía el acompañamiento de caballeros, personas distinguidas y condecoradas de esta pueblo, Comunidad de San Jerónimo, por particulares, la de San Felipe Neri y la de Sancti-Spiritus, todos interpolados y hechos dos coros y en la misma forma concluía con los sacerdotes de dicho Ilustrísimo Señor y Prelados de los dos conventos, de esta ciudad, Señores, Dignidades y Canónigos comisarios de este Cabildo. Cerraba yendo en medio, el Cabildo, el Provisor de S.S. y el secretario de la dignidad difunta. Después entraba el Ayuntamiento que concluía dicha procesión fúnebre, empezando con dos coros los maceros y continuando los caballeros Regidores, cerraban los mas antiguos y en medio del Cabildo el Alcalde Mayor. Han detrás del ataúd cuatro capellanes sacerdotes, con paños de hombros blancos terciados que llevaban la tapa...... A dicho prelado se le hizo un túmulo que estaba situado en el centro del coro de la iglesia. Dicho túmulo tenía altura sobre el suelo de un metro y medio. Con la retirada del coro, quedó en alto y en el centro de la Iglesia, pero al subir todo el suelo de esta por las humedades que padecía de las filtraciones del Caz Mayor, quedó a nivel de dicho suelo. Un testimonio más de los enterramientos en sagrado bajo la Iglesia Mayor. |
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