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¿Antitaurinos?Artículo publicado originalmente en la sección “Última Página” de la revista “El Norte” correspondiente al mes de agosto de 2010 |
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Observo las coloridas e impactantes estampas en las que un grupo de jóvenes y no tan jóvenes damas, se nos muestran tal cual vinieron al mundo, pero con un buen par de banderillas colocadas en sus delicadas pieles, e incluso algún que otro caballero de no tan buen ver, lleno de pintura roja en sus espaldas. Todos ellos se manifiestan contra las corridas de toros “a la española” e incluso, dicen, en defensa de estos animales, nacidos y criados exclusivamente para la celebración de estos acontecimientos, que no espectáculos, en los que al enfrentarse al hombre muestran su bravío, pudiendo llegar a ser indultados de su fin natural. Y es entonces cuando me pregunto si, a estas personas, les son deconocidos los “otros” aspectos de la celebración de las corridas. Creo que no. Que no iban contra las banderillas, ni contra la puya, ni contra la muerte a estoque. Iban contra una fiesta que se dice “nacional”. Aprovechando esta corriente de defensa del animal, dos partidos políticos catalanes, Convergencia y Unión y Esquerra Republicana de Cataluña, con la complicidad de Izquierda Unida, han alentado e inflado el globo de tal forma que han visto en este movimiento a favor del animal, el viento propicio para asestar un golpe a la unidad del país y obtener un nuevo punto a favor de sus intereses diferenciadores. Aquí y ahora, lo que se ha producido en el Parlamento Catalán, el pasado 28, es un atropello a la libertad basado en la “legalidad vigente”. Curioso y a la vez indignante para cualquier persona sensata, que esta prohibición no se refiera a la muerte de cualquier animal por métodos violentos. |
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Triste favor a una joven democracia, en la que basándose en triquiñuelas jurídicas y parlamentarias legales se obtienen estos resultados tan políticamente decantados a un movimiento predeterminado. Es un ataque a la libertad de elección, eso sí, que se ha realizado con toda la corrección política que una decisión de tal calado merecía: “la fiesta nacional queda prohibida en Cataluña”. Sesiones en las que se han tomado la palabra del animal sesudos varones, que le han puesto su voz y graduado su sufrimiento en la plaza durante la lidia. Defensores a ultranza de la “fiesta nacional”, toreros y escritores a los que se les ha permitido exponer sus opiniones. Empresarios que han evaluado el impacto de la decisión en términos económicos, trescientos millones de euros. Se ha intentado por parte de estoas grupos políticos proceder a una movilización ciudadana a favor de la abolición de la fiesta, pero haciendo hincapié en que la fiesta es una “identificación con España”. Porque también es curioso que sea nuestra joven democracia y la Constitución que nos rige, la que admite la existencia de partidos nacionalistas o segregacionistas. Ninguna democracia europea admite en su seno tales partidos alimentados con el erario público. Como país estamos regresando siempre en el tiempo; suenan hoy en los periódicos los conceptos y los fantasmas del siglo XIX. España: unitaria o federal. Hemos visto con esta votación un paso más de “hacer país”, lema de los políticos catalanes, marcar distancias, defender lo identitario (aunque se permita maltratar a los toros y otros animales; pero no permitir la lidia a la “española”). |
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Los monarcas absolutos, tiranos de su pueblo, hacían lo mismo que hoy ha hecho el Parlamento Catalán “suprimir las corridas de toros y novillos de muerte”, según podemos ver en esta Real Cédula de 1805 que acompañamos en este artículo. ¿Tendremos que esperar muchos años para ver el real alcance de esta decisión? En este caso, esta Real Cédula firmada por Carlos IV, fue abolida por su hijo Fernando VII. |
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