ÚLTIMA PÁGINA

Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

Para remitir sus comentarios, clique AQUÍ

1940. Nochebuena. Cárcel de Baza.
PEDRO GARCIA CABRERA.

Artículo publicado originalmente en la sección “Última Página” de la revista “El Norte”, en la segunda quincena de octubre de 2010.

Hace años, bastantes años, cuando tenía tiempo para leer poesía, llegaron a mi poder unos versos de los que sólo recordaba aquellos en que se decía “que solita está la mar, no hay barcos que le acompañen, hasta también se ha marchado, la cuerda tensa del horizonte”. No recordaba nada más, pero siempre que estuve en una playa me venía a la mente aquel verso …“la cuerda tensa del horizonte”.

¿De quién era esa poesía de la que solo rememoraba estos párrafos? Lo cierto es que durante mucho tiempo no supe quien era su autor; a pesar de todo, yo la había incorporado a mi acerbo, miraba al frente y sin proponérmelo recitaba o decía sin querer: “la cuerda del horizonte...”

Algunas veces el azar te lleva por lugares tan desconocidos que, sin saber cómo, nuestras dudas, incluso las que nos acompañan durante gran parte de la vida, encuentran solución encuentran la respuesta que tanto tiempo hemos buscado. Pues bien, mientras trabajaba en la documentación para uno de mis muchos artículos sobre la historia de esta ciudad, releyendo la lista de las personas que tras la Guerra Civil pasaron días o meses en la cárcel bastetana, uno de los nombres me sonó conocido.

Era Pedro García Cabrera; pero como hay tantas personas que a lo largo del tiempo conocemos o nombres que leemos u oímos que suenan igual, en principio no hice más caso y lo dejé pasar. Eso sí, señalé este nombre, por si acaso, en mis apuntes.

Ahora, pasado el tiempo y gracias a estos adelantos electrónicos y especialmente a Internet, en los momentos en los que no preciso de archivos tangibles, escritos o fotos, me adentro en sus recovecos digitales para ver si alguno de los nombres que pasaron por nuestra ciudad, unos por unos motivos y otros por otras cuestiones, llegó a ser famoso. Y he aquí que me encuentro el nombre que entonces había señalado: Pedro García Cabrera, poeta canario.

¿Sería este señor, este artista, el autor de los versos que leí en mi juventud? Como nada se pierde en esta vida, salvo la vida misma, busqué y leí su biografía. Pedro García Cabrera nació en una pequeña población de la isla canaria de La Gomera, el 19 de agosto del año 1905. Falleció el 20 de marzo de 1981 en la capital, en  Santa Cruz de Tenerife. Poeta y periodista, se da a conocer  en el año 1928 con su  obra “Líquenes”. Posteriormente, en el año 1934, editó “Transparencias fugadas”, muy del gusto modernista de aquella convulsa época.

Pero además, Pedro García Cabrera, escribió el “Romancero Cautivo”, entre los años 1936 a 1940, una obra en la que incluyen los versos escritos en la prisión de Baza en la Nochebuena de 1940. Entonces pude confirmar que este era el personaje que buscaba con aquella poesía que retumbaba en mi cabeza.

El asunto, como tantos otros que nos suceden en nuestra vida, no tiene mayor trascendencia. Pero como homenaje a este poeta, y en desagravio por los malos recuerdos que se llevó de esta ciudad durante su cautiverio, reproducimos algunos versos escritos por él y con los que esperamos disfrutar todos.

El camarín de la noche
guarda un puñado de amigos,
no creáis que se divierten
están celebrando un rito.
Hay muchas vidas descalzas
muchas estrellas con frío
muchas voces que nos hablan
con la lengua de un cuchillo.
La gran mano de la ausencia
llena de nidos vacíos
y muchas sonrisas muertas
ya sobre labios dormidos.
En la prisión de la noche
todos parecemos filtros
de pensamientos lejanos
y de amores desvalidos.
Nos oímos por las venas
cruzar un llanto de niños
y hacerse el recuerdo vino.
Nochebuena entre barrotes
cerrada como un castillo
que proyectara su sombra
con un gesto pensativo.
Tú vivirás en nosotros
por encima del olvido.

Recordamos que este poema se escribió en la Nochebuena de 1940 en la cárcel de Baza, que entonces estaba ubicada en los bajos del edificio que hoy es el Ayuntamiento de la ciudad. Por cierto que el poema está publicado con la firma, a su pie, de catorce personas, que serían sus compañeros aquella noche en la cárcel bastetana. Con el tiempo he podido comprobar, en la casa museo de este poeta en tierras canarias, que se conserva el original de este poema. Efectivamente, en ese documento se pueden ver las firmas, originales también, de los catorce compañeros que aquella Nochebuena estaban presas en la cárcel de Baza. Nuestra Baza.