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PISCINA LAS CONCHAS (I y II)Artículos publicados originalmente en la sección "Memoria y opinión" de la revista "El Norte", en la segunda quincena de junio y primera quincena de julio del 2008 |
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Disponía aquella famosa y pionera piscina pública de una amplia zona de baile, rodeada por una pérgola y completaba su equipamiento con bancos, sillas y sombrillas de esparto. Técnicamente se describía como una piscina en forma de L, con trampolín en su zona de máxima profundidad (2,5 metros) y entrada en llano, con un mínimo de 0,5 metros. Cada uno de los “palos” de la L tenía una longitud de 25 metros y una altura de 0,50 a 1,25, los menores y de 1,25 a 2,50 metros los mayores. Como todo dependía entonces, finales de los años sesenta, del visto bueno y autorización del Gobierno Civil de Granada, con la piscina terminada tuve que esperar a la visita del arquitecto de este organismo para que me hiciera el preceptivo reconocimiento. Por fin recibí la ansiada documentación. Pero no acabó todo ahí. En este tipo de establecimientos interviene también Sanidad y, tuvimos que pasar un exhaustivo reconocimiento sanitario, tanto yo como las tres personas que figurábamos en el capítulo de “personal”, mis ejemplares empleados, a los que tanto recuerdo por su honradez, laboriosidad y lealtad: Fernando, Mariano y ramón. Y, cómo no, el magnífico electricista del que disponía en mi piscina, Enrique Torreblanca. | |||||
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Con todo resuelto, la piscina se abría al público bastetano en los primeros días de julio de 1967. Es cierto, y contento estoy por ello, que di a Baza un establecimiento de categoría, con muy escaso tiempo de explotación al año (apenas tres meses), pero de mucha necesidad en una ciudad que estaba creciendo y en la que el calor siempre ha apretado en los meses veraniegos. Me siento orgulloso de crear en esta ciudad algo que precisaba y en el momento más oportuno. Y sin escatimar medios. Hace ya bastantes años recordaba este rincón de la Baza que fue. Entonces terminaba diciendo que en este lugar se pasaban “frescas mañanas y gratas tardes de baile, al aire libre y con orquesta”. Una magnífica solución contra el calor. IILa publicación del artículo sobre la Piscina Las Conchas, en la pasada edición de El Norte, motivada especialmente por estos cálidos días de julio que vivimos, ha provocado que muchos bastetanos me hayan recordado, después de tantos años, que ellos “aprendieron a nadar allí”. Efectivamente, es cierto que uno de los fines sociales más relevantes que dejó cumplido la existencia de esta piscina en Baza, fue la enseñanza de la natación en la numerosa juventud que hasta ese momento no tenía un lugar donde poder hacerlo. |
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Estaban la de “las ranas”, en el camino de la Fuente del Alcrebite; la de Joaquín, también llamada “de las Vacas”; la de “la Noria”, “la Molineta”, o las mismas Fuentes de San Juan y Alcrebite, en las que estaba expresamente prohibido el baño. Como digo, eran sólo eso, balsas de dimensiones reducidas. La piscina de Las Conchas disponía de 25 metros en el trayecto más largo o “de mayores” y 20 metros en el de menores. Con la puesta en marcha de la piscina pública, pronto se vio la necesidad de realizar cursillos de natación, pues eran muchos los padres que lo pedían. |
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