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Una sección de Sebastián Manuel Gallego Morales

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Dámaso Torres García, Músico y Compositor

Artículo publicado en la sección Semblanzas bastetanas de la revista El Norte correspondiente a la segunda quincena de febrero de 2008

Hay muy pocos nombres, en la historiografía bastetana que, a tan temprana edad, ya manifestaran su afición por lo que sería el elemento fundamental de su futura vida. Una vida en la que legaría todo un caudal, tan grande, de obra musical, que trasciende del tiempo en el que vivió y de la ciudad que le vio nacer. Hablamos del músico bastetano Dámaso Torres García.

Nace en Baza. Según dice su partida de nacimiento, a la que hemos tenido acceso, en la casa de sus padres, en los Caños Dorados, el día treinta y uno de Julio de 1904. Sus progenitores fueron Dámaso Torres Plaza y Ramona García González.

Inicialmente se forja en la Banda de Música de nuestra ciudad, en la que destaca por su continuo afán de conocimiento. Pronto queda constatado que se le queda chica la población y los medios que en ella hay, para hacer una carrera de la música.

Con 18 años se marcha a Granada, donde sienta plaza en el Regimiento de Córdoba, de guarnición en esta capital, ingresando en la Banda de Música del Regimiento como soldado músico. En esta agrupación tiene como profesor y director a Juan Mula Ortega. Una vez licenciado de su etapa como militar, se ubica en Madrid. Ha llegado a conseguir los galones de cabo. En la capital de España toma contacto con jóvenes músicos de la Banda Municipal de Madrid; allí se gana la vida con una orquesta, creada entre varios conocidos, con la que toca en numerosos cafés y en las fiestas locales de diferentes poblaciones.

Al poco tiempo, Dámaso Torres ingresa en la Real Banda de Alabarderos, cuyo director  era Emilio Vega Manzano. Con él estudiará Armonía, Contrapunto, Fuga, Instrumentación y Composición.

Tras este periplo por la geografía española, Torres vuelve a Baza, ciudad en la que vuelve  a comprobar que no hay campo para su inclinación musical. Requerido por un compañero de la “mili”, decide marcharse a Motril. Allí van a formar una orquestina, tras la cual fundarán la Banda Juvenil, que el mismo Dámaso pasa a dirigir en el año 1929. Comienza a impartir clases de solfeo y música. En la costa granadina conoció, además, a la que posteriormente sería su esposa.

En 1932, tras ganar un concurso oposición, obtiene su primer destino profesional en la localidad de Talavera de la Reina, donde será Director de la Banda de Música de la población. En diferentes ocasiones volverá a Baza, donde tiene toda su familia.

Con el nuevo puesto bajo el brazo, manifestando su pesar  por haber tenido que marchar de la ciudad que le vio nacer; aquí tiene su corazón, expresará en varias oportunidades. A los más allegados les asegura que Baza irá siempre en su corazón.

Sin haber alcanzado aún los treinta años, Dámaso Torres simultanea su trabajo de dirección con el de composición de diferentes obras. En julio de 1940 ve como la mismísima Banda Municipal de Madrid interpreta su poema sinfónico “La Promesa”, obra que será ofrecida después por la recién fundada Orquesta Nacional de España.

En Octubre de 1944 llega el momento esperado. Ese mes tiene conocimiento de la vacante ofertada para la dirección de la Banda Municipal de Córdoba. Opta a la plaza y la consigue, siendo nombrado para la misma. En febrero de 1945, se presenta en el Gran Teatro al frente de esta agrupación con obras de Beethoven, Ponchielli, Wagner, Falla, Chapí y un pasodoble dedicado a la ciudad que le acoge “Córdoba”. Aquel día abrió  el programa con un cordial y sincero saludo a su nueva patria, sin dejar por ello de sentirse bastetano.

No eran palabras vanas, pues por aquellos días se conocerá después que está trabajando en la composición del pasodoble “Baza”, en el que desgrana su amor a la ciudad donde nació.

Tiene una enorme preocupación este ilustre bastetano, por ofrecer calidad en todas las composiciones que interpretó en la ciudad califal, así como por ofrecer a la misma ciudad magníficas obras de su trabajo, en el que siempre superó la calidad a la cantidad. Dedicó un ramillete de páginas musicales, inspiradas y dedicadas a la ciudad que le hizo y nombró hijo adoptivo, “Canción a Córdoba” “Canto a Córdoba” “Torerillo Cordobés” “El Gran Capitán”, sinfonías cofrades, como “Misericordia Señor”, una marcha fúnebre dedicada a la Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia.Pero la verdadera comunión con la ciudad le llega cuando se estrena la “Marcha de la Ciudad”,  en 1965; el clamor popular hace de la misma el Himno de la Ciudad de Córdoba, y el Ayuntamiento de la ciudad, en el Pleno de 27 de Agosto de 1965, aprueba por mayoría la declaración de esta composición como Himno Oficial de la Ciudad.

La labor musical desarrollada por este ilustre bastetano no se quedó solamente en su intensa producción compositora, sino que publica un “Tratado Completo de Armonía”, en tres volúmenes, obra didáctica elogiada por profesores y especialistas en la materia. Es autor igualmente de numerosos ensayos. En su época más prolífica, dejó diversas obras, poemas sinfónicos, ciclos de canciones, oberturas, piezas orquestales, aires de pavana, farrucas y pasodobles.

Por su labor creativa, fue nombrado Académico numerario de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, en el año 1949.

En 1979, ya jubilado, la ciudad cordobesa le tributó un multitudinario homenaje, con motivo de la concesión por el Ayuntamiento de la Medalla de Oro, y de la declaración de Hijo Adoptivo de la ciudad. La decisión se adoptó en la sesión del 12 de noviembre de dicho año. Nuestra ciudad, se unió a estos homenajes.

Dámaso Torres murió el primer día de abril de 1984. Para su alumno y gran amigo, Luis Bédmar Encinas, el mejor homenaje que se le puede hacer a un compositor es "interpretar sus obras”. Hagámoslo así y siempre le recordaremos.

El día 14 de septiembre de 1980, se celebró un concierto multitudinario, en el que intervinieron las bandas de Música de Baza, dirigida por don Enrique Pareja, y de Córdoba, dirigidas por el discípulo de Don Dámaso Torres y director de la Banda de Música de Córdoba Don Luis Bédmar, hijo de la vecina Cúllar. En este acto se interpretaron magistralmente obras de don Dámaso Torres, y se finalizó con el pasodoble “Baza”, entre el entusiasmo de sus paisanos.

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