|
|||||
TRABAJOS EN PLEITA |
|||||
Artículo publicado originalmente en la revista "El Norte" correspondiente a la segunda quincena de marzo de 2004 | |||||
Desde los años 30, hasta bien avanzada la época de los 60,la dependencia de esta ciudad del trabajo en el ESPARTO ha sido notoria y decisiva para paliar la falta de ingresos por otros conceptos en las casas de gran parte de esta ciudad. Salvo de unos puntos, sitos entre la calle Hiladores y Placeta de Santiago, el resto del trabajo en el esparto, haciendo la PLEITA, se ha situado en una línea que corta la ciudad desde Rabalía, Cava Alta, las Iglesias de San Juan y de La Merced y calle San Sebastián, hacia Las Cuevas. En este último lugar el cien por cien vivió de este trabajo. Me interesé por este trabajo a través de mis amigos, y vi el enorme esfuerzo de aquellas madres en hacer una o dos piezas al día; los acompañaba a entregar las mismas en los Almacenes, como se las medían enrollándolas sobre la pieza de madera triangular; como se las pagaban en el acto y les entregaban los manojos de esparto para la siguiente. También recuerdo como tenían que ir las madres a terminar, sobre la marcha y en el mismo almacén, si les habían salido cortas en la medida. Los manojos de esparto los entregaban sin ”majar” y en las casas había una piedra o un tronco, para este menester, que se trataba de suavizarlo a golpes, tras mojarlo un poco, para hacerlo más manejable. Aparte del edificio inacabado que existió en la calle Audiencia, hasta hace unos ocho años, en que fue derruido e incorporado al solar del Edificio de la Plaza de las Eras s/n (ocho años construido y aún no tiene número en la fachada). Este edificio, hoy parte posterior del bloque citado y entrada a sus cocheras, era lo que se llamaba “La Espartera”, que nunca llegó a ultimarse. Constaba de semisótano y tres plantas, todo construido de piedra berroqueña ,lastrones del lugar, vigas de hierro en los techos y ladrillo en arco como bovedillas. No llegó a tener tejado, y a la vez que lo visité buscando casquillos de bala, pues decían que en parte superior se había instalado una ametralladora antiaérea en la guerra; no había ni rastro de nada. ( lo visité con mi amigo Adolfo, hijo de María López). Aparte de este edificio, perteneciente a la familia López Rodríguez (Antonio, Eduardo, Paco, María Rosa y Leonarda) estaba el almacén de la calle Humilladero, de Mexitón Sánchez; el de Quirante, en Rabalía. Uno de Eduardo López, en el paso a nivel; el de los Acosta, en San Antón; los hermanos Manuel Yeste y Juan Yeste, un almacén cada uno; el de Ramón Chica, el de “Manolete”, el del maestro Liborio Cano, que también era maestro en la Serrería de Valero, pero que tenía al frente de esta almacén a una mujer llamada “La Sacramento”, los de la Peregrina (uno ardió totalmente), todos estos en el Llano del Ángel y Plaza de Toros.. Su uso era para espuertas, serones, cantareras, esteras para las iglesias y para las entradas a las casas y otras aplicaciones más. |
|||||
|
|||||
|
|||||
Seguro que muchos bastetanos llorarían al leerla. También hay que ir buscándole un rinconcito en el futuro Museo Etnológico de Baza ¿o vamos a esperar a que desaparezca TODO para pensar en ello? Los que hoy viven fuera de Baza, Levante y Cataluña, sienten no tenerlo para rememorar las costumbres, trajes, modos de vida, industrias y trabajos de sus antepasados. Importe, ni un euro, pues por la bicoca de la plusvalía que va a lograr la empresa constructora de una vez que se derribe la citada casilla y la vista que van a tener las casas de “los Espotornos”, bien la puede financiar... es el “Do ut des” del Derecho Romano. |
|||||