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LA PÉSIMA EDUCACIÓN |
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Que a los políticos y a la Administración educativa les importa poco la calidad de la educación que nuestros niños y niñas, y nuestra juventud reciban, eso es más que evidente. Con los recortes, no tiene nada de extraño que un profesor se vea obligado a dar clases de asignaturas, aparte de la suya, en las que no está especializado, con lo que es obvio que pierde el alumnado. Como pierde cuando, por esos mismos recortes, puede verse sin clases de alguna asignatura por estar de baja su profesor, durante meses incluso, sin que se mande un sustituto. Parece que el mayor empeño es que pierdan en calidad las mujeres y hombres que se dedican al desagradecido mundo de la docencia, y los niños y niñas que pasan sus días en las aulas. Por lo visto es mejor ningunear y agobiar a los profesores, e incidir en las muchísimas vacaciones que tienen (por lo cual, por cierto, cobran menos de lo que les correspondería...); cuando el resto de funcionarios cuentan, entre días de asuntos propios, días de asuntos particulares y flexibilidad horaria, con numerosas posibilidades para el descanso, bastante de él retribuido. Para mí es muy fuerte, verbigracia, que un profesor para tomarse un día libre sin retribución, deba pedir no sé cuántos permisos, con un mínimo de un mes de antelación, para que le autoricen a tomárselo, descontándole por él todo lo descontable y más. Sin contar las horas extras que se ven obligados a realizar en sus casas, con el agobio de una Administración que ejerce más de enemiga que de otra cosa. Con ayuda, eso sí, y muy especialmente en Andalucía, de unos Inspectores de los que habría que escribir todo un artículo, si no fuera porque el rechazo que me provocan hace que me niegue en redondo. Aunque no dejaré de señalar el hecho, tan ilógico y absurdo como todo nuestro sistema educativo, de que diplomados (con oposiciones) examinen y controlen a licenciados (con oposiciones igualmente); y que, por ejemplo, para inspeccionar una asignatura de un idioma, no sea preciso que lo conozcan... Sin olvidar la nueva postura de rechazo contra el libro de texto, pues parece ser que ahora son los profesores, también, quienes han de ir elaborando día a día la guía a seguir... Aparte de que no tienen tiempo para eso, y que ya realizan la programación de aula, es que no sé qué opinarán las editoriales de que la Administración Educativa vaya en contra de ellas... En fin, que si por ley hay que ofrecer una pésima educación, las quejas, al legislador y al responsable político de turno; y un poco más de respeto para con el profesorado y el alumnado, que son los auténticos damnificados por ella. |
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