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TESTAS CORONADAS Y SALVAS DE CAÑÓN |
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Un sistema de progreso debería garantizar la satisfacción de las necesidades básicas; si no, qué nos diferencia de los países subdesarrollados. Mas, además, que habiendo más de cinco millones de españoles padeciendo una lamentable pobreza energética, nuestros reyes derrochen dinero en protocolos trasnochados y obsoletos, salvas de cañón incluidas, me parece de una insensibilidad imperdonable; aparte de recordarme a otros periodos históricos en que la Monarquía despilfarraba mientras su pueblo languidecía en la pobreza. No es de recibo, y lo considero una auténtica provocación, y bastante peligroso en momentos en que la horrible crisis económica que para algunos es ya un recuerdo, para muchos otros, demasiados, es todavía una realidad. Que no se hable tanto de desahucios no quiere decir que no se den, y en mayor porcentaje que antes; que algunos miren para otro lado no implica que no haya millones de personas, muchos niños y niñas, pasando hambre; que algunos se permitan la indecencia de dilapidar, o de robar, o de diezmar los dineros de las pensiones, etc., no borra la realidad de unos pensionistas, y muchos más que no lo son, que han de hacer juegos malabares para poder subsistir decentemente; o de unos padres que miran con mucha preocupación hacia el futuro de sus hijos; o de unos jóvenes que no saben ni cómo conjugar semejante tiempo verbal. Mientras unos se regodean cual cerdos en un presente usurpado, a otros les está negado por completo el porvenir. Entonces, no sé a qué viene tanta testa coronada con joyas preciosas, y tantas salvas de cañón: es preferible no provocar, pues aunque algunos aún lo ignoren, el pueblo nunca olvida. Sólo hay que echarle un vistazo a la Historia: la global, por si nos interesa; y la nuestra, porque seguro que nos dará en qué pensar... |
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