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SIN REFUGIO |
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Recuerdo que no hace tantos años, España era lo suficientemente atractiva económica y laboralmente como para atraer a millones de inmigrantes. Hoy son millones los españoles emigrantes en busca de mejores condiciones para encontrar trabajo. Si entonces había grandes dosis de xenofobia, afortunadamente en porcentajes mucho menores a los de gente abierta y sin prejuicios ni rechazos insoportables, no podía concebir un rechazo que olvidaba tiempos pasados en que tuvimos que buscarnos la vida en los países vecinos. Eso sin imaginar ni por un momento la grave y duradera crisis económica que se nos echaría encima como un tsunami; la misma que forzaría a muchos inmigrantes a retornar a sus países de origen, y a demasiados de nuestros jóvenes a hacer la maleta e intentarlo lejos. Así es, los acontecimientos enseñándonos que todo puede cambiar aunque lo creas imposible. Aunque una cosa es que la vida nos enseñe, y otra muy distinta es que aprendamos: que mucho me temo, que poco; por no decir nada. ¿Quién nos dice a nosotros, europeos civilizados en tiempos de paz, que algún día no nos veremos forzados a escapar, huyendo de guerras, catástrofes, invasiones, etc.? ¿Y acaso nos gustaría ser rechazados y maltratados como hacemos con los que hoy tratan de hallar refugio y sólo reciben lo que estamos viendo día a día, que es como para avergonzarse de llamarnos humanos y ser tan absolutamente inhumanos? En nuestra evolución como especie, antes de llegar a la vida sedentaria, con la agricultura, fuimos nómadas: nos movíamos buscando hábitats más favorables a nuestra condición de cazadores-recolectores, y también lo hacíamos huyendo de los cambios climáticos adversos. Huir de lo que pone en peligro las vidas de los grupos humanos, es una pura estrategia de supervivencia. No seamos nosotros los que acabemos con los instintos que hicieron y hacen evolucionar a la humanidad en su conjunto. Hay miles de personas, podríamos ser cualquiera de nosotros, que están abandonados a su mala suerte, sufriendo y sin refugio. No deberíamos permitirlo. |
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