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Generación NoMo |
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Aunque la sociedad ha avanzado que es un gusto, y hoy no está igualmente considerado que hace décadas el ser soltera, o madre soltera, o casada sin hijos, por circunscribirme al tema. A día de hoy pienso que está más que claro, al menos en los países modernos, laicos y democráticos, que en lo que atañe a las mujeres, nuestro cuerpo y nuestras decisiones nos pertenecen. Que no es más una mujer con hijos que la que ha decidido no tenerlos, o que la que no ha podido, por qué no incluirlas; ni viceversa. En la sociedad actual, somos las dueñas de nuestros destinos. Casadas o solteras. Madres o no. Con la orientación sexual que cada mujer viva. Y no serán los políticos, los curas o los ultra conservadores anticuados los que puedan cambiar el curso y la evolución de nuestras conductas y relaciones sociales. Por algo tan simple como que ellos también forman parte de nuestra sociedad, y aunque sus ideologías se queden obsoletas, la vida va para todos y nadie puede perder el paso. Pero hay muchas diferencias sociológicas según los grupos humanos existentes, e influyen variables como religión, carácter rural o ciudadano, razas, mentalidad más o menos abierta o atada a la pura tradición, y tantos factores decisivos como sean capaces de imaginar. De manera que lo que a algunas nos pueda parecer, a estas alturas, perogrulladas, para otras no lo son en absoluto, y por ello sienten la necesidad de reivindicarlo. Es lo que ocurre con la llamada Generación NoMo (No Mothers), que engloba precisamente a las mujeres que voluntariamente no contemplan la maternidad en sus vidas, al tiempo que reclaman su derecho a no dar explicaciones y a ser respetadas en su libertad de tomar decisiones y realizarlas, sin mayores problemas o complicaciones absolutamente innecesarias. Personalmente me daría por satisfecha con que dejaran de llamarme egoísta por no haber querido ser madre; porque, por edad, al menos ya me libro de las innumerables razones para convencerme de lo contrario. Y es que a veces se olvida con gran ligereza que la vida es de cada quien, para vivirla como desee y no como los demás desearían que cada quien la viviera. |
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