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NUEVA TECNOLÓGICAMENTE (III) |
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Es verdad que contamos con más medios que nunca para interrelacionarnos, y ciertamente sin apenas obstáculos económicos. A ver, en los teléfonos fijos deben de ser muy pocos quienes no tienen las llamadas a fijos gratuitas, cuando no también a móviles. Y en éstos, es raro que las tarifas elegidas no incluyan horas de conversación gratuita. Con las aplicaciones de mensajería tampoco nos costará dinero escribirnos e incluso llamarnos, viendo en las pantallas a nuestros amigos y asomándonos a las suyas. En las redes sociales podemos también mensajearnos sin coste alguno, por si no nos bastaban los correos electrónicos, igualmente gratis. Sin seguir avanzando, me pregunto si todas estas posibilidades consiguen de verdad que nos comuniquemos más con las personas que nos son importantes. Porque puede ocurrir, paradojas de la vida, que la multiplicidad de medios para comunicarnos resalte sin remedio la soledad de esta sociedad nuestra actual. A veces me digo que nunca tuve a mi alcance tantas maneras de contactar…para nada. Puedo pasarme, por ejemplo, un buen rato jugando con amigos reales y conocidos, a triviados o a apalabrados, por citar alguno de mis juegos favoritos; y sin embargo, no cruzar una palabra con ellos, a pesar de que la mayor parte de estas opciones cuentan con su correspondiente chat para ir comentando incidencias. Sin embargo, cada vez que le gano al ordenador jugando a las damas o al ajedrez, no deja jamás de corresponderme con un comentario agradable. Sí, una frase preprogramada tras la que no hay una persona, pero que a veces te hace más compañía y es más gratificante que la ausencia de comentarios reales. Creo que de igual manera que no se debe acudir al alcohol para olvidar las penas, pues sólo se logra darles más brillo, a los avances en la intercomunicación personal hay que aproximarse sin pretender acabar con la soledad, que puede verse potenciada más que mitigada. Como me llegó en WhatsApp y corre por las redes, científicos han descubierto una novedosa forma de chatear en directo a través de la voz y en 3D, lo llaman tomarse un café con alguien. Ya ven, totalmente interactivo y sin necesidad de pantallas de retina ni de perdernos por los irreales vericuetos de esas redes sociales de millones de amigos, que en mi opinión desvirtúan el verdadero significado de algo tan importante como la amistad. |
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