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UN BRINDIS POR SANTA BÁRBARA |
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Coincidiendo con la víspera de tal efemérides, se celebra el tradicional “Baza qué”, que si bien en un primer momento era para recordar el triunfo de los cristianos sobre los musulmanes, con el tiempo se ha convertido en la oportunidad de manifestar una actitud de tolerancia y confraternidad entre culturas, yendo más allá de las religiones. El mundo ha cambiado mucho en estos cinco siglos que han pasado desde aquella fecha. Hoy hay un flujo migratorio, que conlleva la coincidencia de inmigrantes y emigrantes según el punto de vista adoptado, y más que hablar de extranjería hay que cambiar el discurso por el de intercambio cultural. Con motivo de la presentación de una guía de ayuda a las mujeres migrantes, acudieron al Ayuntamiento una representación de las diversas nacionalidades presentes hoy en nuestra ciudad y confieso que para mí fue un motivo de orgullo y alegría escucharlas dirigirse a nuestro Alcalde para agradecer la tolerancia bastetana. Relataban sus experiencias, muy diferentes entre sí dadas las divergencias culturales debidas a sus distintos orígenes sociales y geográficos, pero todas coincidían en que Baza y sus gentes les habían acogido con las manos abiertas y sin rastro de xenofobia. Históricamente Baza ha sido un cruce de caminos y ello implica un ir y venir, un estar de paso. Eso ha ido forjando, sin duda, un carácter abierto y una actitud de mano tendida cuando ha sido necesario, sin preguntar de dónde vienes y a dónde vas. Ello nos engrandece, porque nada hay más vil y empobrecedor que cerrar las puertas al que llama en son de paz y precisa de ayuda. De no haber sido por este frío clima, Almería nunca nos hubiera quitado la oportunidad que nos correspondía por importancia histórica de ser una de las 8 capitales de provincia andaluzas. Por el contrario, nuestro carácter es cálido y entrañable con el que llega de fuera. Por este mismo motivo, para nada estoy de acuerdo con que Santa Bárbara no se haya sentido nunca como nuestra patrona, por el simple hecho de ser extranjera. ¿Acaso no está el santoral lleno de nombres de fuera y nunca nos ha preocupado lo más mínimo a la hora de algo tan íntimo e importante como, por ejemplo, poner nombre a nuestros hijos e hijas? No es real el enfrentamiento que alguien quiere ver entre distintas devociones. Desde siempre nos ha gustado celebrar los dos días dedicados a nuestras patronas, y no está de más recordar que la santa es, además, virgen y mártir. Particularmente encuentro muy acertado que alrededor de Santa Bárbara se programen actos de confraternidad intercultural, y se celebre la tradicional apertura de la temporada del vino del país. En todos los cultos, por remotos, se mezclan elementos sagrados y profanos, y desde la conjunción de ambos se entiende mucho mejor la naturaleza humana. No hay una patrona mejor que otra. Baza, femenina, tiene dos patronas, femeninas también. Y en ambas se celebra el amor a lo nuestro sin actitudes catetas de localismos limitadores y cerrados. Nos gusta la fiesta y concelebrarla con los de fuera, no en vano tenemos vocación de capital de comarca. Somos buenos anfitriones, así se nos reconoce por los que llegan de lejos. Así pues, tomemos una copa de ese vino del país y brindemos con todos ellos por Santa Bárbara. |
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