Documento 28/12- 22 de mayo de 2012La restauración y protección del cuadro de la Virgen de la Piedad por parte del ayuntamientoAutor: Asociación Baza Histórica |
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El cuadro de la Piedad o las Angustias de María La imagen de la Piedad fue una de las advocaciones marianas más representadas y veneradas en la urbe desde el siglo XVI como queda de manifiesto por dos grupos tallados en piedra dedicados a ésta, uno en la portada cegada de la colegiata y otro exento ubicado en el interior de dicho templo, cuya primitiva localización se desconoce y por la existencia de tres conventos bajo esta advocación, el de San Francisco, el los Jerónimos y el de la Merced, todos ellos fundaciones de los Enríquez y los Luna, familias que contribuyeron decisivamente a su difusión. La representación gráfica que aquí tratamos pertenece a un cuadro en mal estado de conservación colocado en el centro de la pared de la primera planta de la casa número 12 de la plaza de San Juan, cuerpo recorrido por una gran balconada de hierro. Ésta, como la de la segunda y tercera planta, debió ser en su origen de balaustres de madera y se sustituyó posiblemente en el último tercio del XVIII. La similitud entre el diseño de este balcón y el de la casa de Candeal en la placeta de la Magdalena, a pesar de algunas diferencias, señala una probable proximidad en la cronología y en la autoría de la ejecución de ambos. Puede que el cabildo municipal impusiera en la remodelación de este cuerpo de la casa un balconaje de hierro, al ser un material seguro, resistente e ignífugo, en sustitución del antiguo de madera, siguiendo la normativa aplicada en todas las ciudades durante el periodo de la Ilustración, el sustituir la madera de las fachadas. En cuanto a la devoción particular a la imagen de Nuestra Señora de las Angustias señalar que fue algo habitual en la Baza del siglo XVIII. Así, en 1761, el comerciante Lorenzo Fernández de Salas, oriundo de Zújar, junto con Manuel García Blanco, posiblemente su cuñado, donaron 990 reales a la cofradía y hermandad de la referida imagen en la ciudad de Granada fundada en 174l. En la sala principal de su casa tenía, entre otras láminas, una dedicada a esta advocación con marco dorado. Junto a esta devoción particular podemos señalar otra conventual en el monasterio de San Jerónimo con un ejemplar en talla. Se trata de un lienzo de autor desconocido al que los vecinos han profesado desde tiempo inmemorial una profunda devoción, convirtiéndose desde la Edad Moderna en una de las imágenes singulares que más identifican a nuestra ciudad. Un poco adusto en su hechura pero singular por su ubicación dentro de la red viaria. |
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La Virgen permanece sentada al pie de la cruz junto al cadáver, velando y orando a solas con su dolor y angustia, teniendo sobre sus pies y apoyado en sus rodillas el cuerpo antes de ser depositado en el sepulcro. Va cubierta con un amplio y envolvente manto azul con pliegues menudos y poco profundos, sin durezas, dejando uno de los lados plegado en su regazo, permitiendo ver su sencilla túnica roja. La madre contemplando a su hijo muerto de forma melancólica, con callada tristeza, sin sollozos, con pocas concesiones a la emoción, sin estrechar la relación, de modo que sus manos se entrelazan bajo el pecho en actitud orante, sin recoger el cuerpo. Dentro de la composición el cadáver presenta una marcada diagonal con respecto al plano, mostrándose a lo largo del lienzo un cuerpo alargado, corpulento, delgado e inerte que descansa directamente sobre el sudario colocado en el suelo. Rígido en su posición, semincorporado, apoyando tronco y cabeza contra una de las rodillas de María. Tipológicamente no sigue las características de la Virgen de las Angustias granadina que tanta difusión tuvo en el siglo XVIII y en su composición no adopta ninguno de los dos grandes modelos iconográficos fijados por Reau, Schiller y Mále en cuanto a las posiciones tradicionales para el cadáver al descansar este tendido en el suelo. Se adapta más bien a una tipología popular enraizada en la Edad Media, muy difundida a través de los grabados del siglo XVIII y un modelo temprano lo hallamos en el monasterio de Casbas (Huesca), fechado en el siglo XIV por Trens. Para no olvidar: Escritos enviados por la asociación “Baza Histórica” a la Delegación de Cultura y al ayuntamiento de Baza en 2004, solicitando (tras petición de los propietarios) ayuda para la restauración del interior, de la fachada principal y del cuadro
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