Documento 32/10 - 24 de abril de 2010SE HA APROBADO EL P.G.O.U. CON NUMEROSOS ERRORES (X).
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. Dado que no se han corregido la mayoría de los errores, expuestos en todas las alegaciones a los avances y al PLAN definitivo, volvemos a presentarlos a la opinión pública. La gente debería saber lo mal que gasta el dinero público la Junta de Andalucía. Acaba de aprobarse el definitivo P.G.O.U. con una normativa y catálogo del Conjunto Histórico con numerosos errores a pesar de haber sido comunicados año tras año al Equipo Redactor y a la Delegación Provincial de Cultura, errores en la localización de edificios (nombres de plazas y calles distintos a los reales), inmuebles mal catalogados interna y externamente y una “normativa estética” poco rigurosa en comparación con la de otras ciudades de tamaño similar en toda Andalucía (sevillanas, cordobesas, granadinas, malagueñas, jienenses). La asociación “Baza Histórica” recuerda que ha ofrecido su colaboración en la catalogación y en la elaboración de la normativa estética del P.G.O.U. desde que el Equipo que lo ha realizado llegó a la ciudad y éste ha pasado literalmente de nosotros a pesar de que algunos de los integrantes de esta asociación hemos realizado cursos sobre intervención de ciudades históricas y hemos elaborado tesis relacionadas con la historia y arquitectura de nuestro Conjunto Histórico. Tan sólo nos queda exponer a los ciudadanos lo que es un error monumental muy bien pagado con dinero público. A partir de este mes centraremos nuestros artículos relacionados con el P.G.O.U. en dos bloques, uno sobre normativa y otro sobre el catálogo. Antes de iniciar nuestra andadura por el P.G.O.U. es necesario recordar que funcionarios y contratados/as de la Delegación Provincial de Cultura de Granada nos han confesado en varias ocasiones por teléfono y personalmente, la última vez en septiembre de 2008 (reunión en sus despachos), que el catálogo de Baza está muy mal hecho pues la mayoría de las fichas individualizadas de edificios destacados están mal ejecutadas -incompletas, no reflejan nada o casi nada del valor de los inmuebles...-, que si se aprobaba tal y como se encontraba (septiembre de 2008) iba a ser “una merienda de negros”. Es vergonzoso e indignante pero es así. Solicitaron que nuestros especialistas le presentarán una relación de 30/40 edificios destacados mal catalogados. La intención era, según la Delegación, pedirle a Juan Carlos García de los Reyes, responsable máximo del P.G.O.U, que presentase el catálogo correctamente, realizando las fichas completas de los edificios que les señalábamos o no se le pagaba. Dado que dónde se nos dijo digo nos dijeron pocos días después diego y se ha aprobado el catálogo mal realizado, hemos decidido presentar muchos de los errores del PLAN ante la opinión pública. No es nuestra intención atacar a dichos funcionarios. Les honra el reconocer que lo que se iba a aprobar, lo aprobado al final, era una barbaridad y hasta ahí vamos a leer. Los redactores del P.G.O.U. no contestan absolutamente nada en relación a las alegaciones que hemos realizado sobre la catalogación correcta del conjunto monumental de San Felipe Neri. El convento de San Felipe Neri, el jardín de la congregación, la iglesia de los Dolores y el palacio episcopal,un conjunto monumental que debería catalogarse de forma conjunta. En la tramitación de la iglesia de los Dolores (antiguo templo de la congregación de San Felipe) como B.I.C. deberían entrar los restos del convento, casa nº 10 de la calle de los Dolores (tras su estudio), el jardín de la congregación y el palacio episcopal, con el que estuvo comunicado desde su construcción. Los integrantes de la orden firmaron un convenio con el obispo para compartir algunas dependencias del palacio mientras tanto el obispo abría una tribuna para escuchar misa desde sus aposentos en el crucero de la iglesia y favorecía a la orden con usa serie de regalos y dotes…La información expuesta y la que a continuación le ofrecemos está sacada de una tesis doctoral y la desglosaremos en dos apartados para una mejor compresión: residencia de la congregación y palacio episcopal. Dejamos el estudio de la iglesia pues es conocida por todos los bastetanos y alargaría demasiado esta exposición. 1. Convento Son escasos los datos localizados sobre este convento por lo que se debería ver con detenimiento el inmueble nº 10 de la calle de los Dolores, el cual ocupa parte de lo que fue recinto monacal. En l847 Manuel Martínez Yeste vendía al escribano José Miguel Pinteño parte de este convento: una sala con su alcoba y solanas, probablemente la actual casa n° 10 de la calle de los Dolores. Lindaba por el poniente con la mencionada vía, por el levante con la Escuela de Cristo y casa de los herederos del comprador y por el mediodía la iglesia. En 1857 la viuda de Pinteño vendió unas dependencias de la que fue Escuela de Cristo a Rufino Moreno Durán. El 20 de febrero de 1852 el salitrero Francisco Romera compraba a dicho escribano dos solares de casas con una extensión de 481 varas cuadradas que adquirió en 1847, pertenecientes al oratorio de San Felipe y situados junto al huerto de los Dolores y calle Perona Baja. Desconocemos si estos últimos solares eran parte del recinto monacal o más probablemente los inmuebles comprados por la congregación a mediados del siglo XVIII para realizar posibles ampliaciones. 2. El palacio episcopal La abadía y el obispado debían de disfrutar de residencias para sus dirigentes, desconociéndose hoy casi todo sobre las mismas, si exceptuamos el palacio episcopal levantando en el último tercio del siglo XVIII por fray Bernardo de Lorca y Quiñones, uno de los prelados con mayor protagonismo en el obispado, hombre de carácter y de fuertes convicciones con una importante dedicación en su labor pastoral, lo que provocó enfrentamientos con los cabildos, tanto el catedralicio como el abacial. Sus actuaciones fueron relevantes, luchó contra las supersticiones y buscó mejoras fundamentalmente en el lenguaje pastoral, intentando que éste fuera más fácil de entender, más llano y asequible hasta para los más “ignorantes y rústicos”, en consonancia con el nuevo estilo pedagógico desprendido del pensamiento ilustrado, a través de unos sermones más adaptados a la capacidad de sus feligreses. También realizó una profunda reestructuración de las parroquias en prioratos y estableció normas para la salvaguarda del patrimonio eclesiástico como la prohibición de la venta de alhajas, tierras o casas sin autorización previa. La ubicación del palacio episcopal Pocos datos disponemos hoy en día sobre cuales fueron las residencias temporales de la mitra accitana en Baza hasta la construcción de este inmueble, dado que la ciudad no contaba con un palacio abacial para albergar a los prelados, morando cada abad en su vivienda particular o alquilada, aunque en el siglo XVIII se mencione en algunos documentos una casa llamada de la abadía que quizás ejerciera esas funciones. Un papel relevante en la decisión de la localización del palacio episcopal pudo tenerla el padre Simón de Hierro, antiguo jesuita de la sede accitana y presbítero vocal de dicho oratorio en las negociaciones con el obispo para levantar un palacio junto al templo de los Dolores de la congregación de San Felipe Neri. Además de levantar el inmueble fray Bernardo realizó frecuentes y valiosas donaciones a esta comunidad religiosa, entre ellas un magnífico terno blanco de tisú bordado en oro, fabricado en unos famosos telares toledanos En 1797, antes de morir, al fundar una obra pía para la construcción y administración de la hospedería de los baños de Benzalema, señalaba que la mitad de los ingresos de la referida finca pasarían a dicha orden. El edificio Para la construcción del palacio se utilizaron algunas dependencias de la congregación y se adquirieron varias casas colindantes. Antes de iniciar las obras hubo que derribar la cocina, el refectorio y la librería del recinto monacal. Demolida la casa del padre Hierro y otras situadas en la esquina formada por las calles de los Dolores y Méndez, se comenzó levantar “un cuadrilongo de mampostería con esquinas de sillería hasta las primeras maderas y de ladrillo hasta los tejados, todo con la mayor solidez y capaz en su buque” de cumplir los objetivos perseguidos: un inmueble con dependencias compartidas entre el obispado y la congregación. |
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Fachada principal Para su descripción tomamos como referencia el dibujo realizado en 1849 por Ramón Díaz de la Cruz ya que actualmente está mutilada y alterada en un tercio de la misma (flanco lateral derecho) tras las reformas de vaciado y nueva disposición de plantas y huecos realizada a mediados del siglo XX. La parte modificada seguía la misma disposición de huecos que el resto. Nos encontramos ante una fachada de gran planitud estructurada en cuatro cuerpos y seis calles, con una doble y pareada portada (hoy muy transformada y mutilada) de arco rebajado como eje central, desviada levemente a la derecha. Llama poderosamente la atención que el paramento produce un quiebro a la línea recta, curvándose a partir de la mitad de su trayecto, en un intento de adaptarse al trazado curvo marcado por la calle, hecho que delata su espíritu popular y barroco, suponiendo un estorbo a la linealidad propia del Neoclasicismo. Conserva de la arquitectura tradicional la indiferenciación de las plantas con molduras de imposta y el recorte de vanos limpiamente sobre el muro, sin recerco alguno. Será en esta fachada donde el maestro presente los rasgos más definidos, tratando de suavizar su severo aspecto dentro de un deseo de orden estructural marcado por la disposición perfectamente compensada y equilibrada de sus huecos y macizos y por la impronta del alero. Su mayor elementalidad con respecto a otras obras del momento y su aparente desconexión con las líneas básicas del nuevo estilo nos sugiere la autoría de un artífice que posiblemente no pretendía alcanzar el reconocimiento artístico. |
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Patio |
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Para no olvidar:
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