Documento 41/08 - 13 de Mayo de 2008 MANIPULACIONES Y MENTIRAS Autor: Alfonso Valdivieso Martínez |
Transcurría la mañana del primero de abril en Baza, y empezaron a salir a la calle unos carteles que anunciaban la convocatoria de una reunión, promovida por la Junta de Regantes Baza-Caniles, a celebrar el viernes cuatro de abril, a fin de informar, valorar y adoptar acciones de respuesta, respecto de las condiciones técnicas y financieras, muy gravosas, que se imponen desde Confederación para el proyecto de infraestructura de regadíos desde el Negratín hasta Baza y Caniles. Y la convocatoria fue calando entre la población, que se iba haciendo eco de la problemática, y tomando conciencia de que sólo cabe la vía de la solución sobre la base de la movilización y participación activa contra el proyecto que nos impone el partido gobernante. La convocatoria había llamado la atención, la población estaba movilizada para atenderla, y todo apuntaba a un buen éxito. Hasta ese momento, la versión oficial del poder gobernante, tanto en Baza, como en Granada, como en Sevilla, en las propias declaraciones de Manuel Quirante, de López Martos, y en la documentación oficial del proyecto, así justificada, así camuflada por cualquier medio o artimaña al alcance, por supuesto faltando a la verdad descaradamente, en alusión al imperativo legal de la Directiva 60/2000; la versión oficial, digo, era que los regantes tenían que cargar con el 100 % del coste de la obra principal (tubería y balsas), más el 50 % del valor de la construcción de la presa del Negratín, a precio actualizado. El poder local, que tiene unos magníficos tentáculos de toma de temperatura, captó de inmediato el buen destino que auguraba la convocatoria, y le entró una subida de intranquilidad. Me imagino que habría consejo de mentes “negras”, y el viernes cuatro se hizo la luz. En la mañana de este viernes, apareció el concejalísimo Manuel Quirante en las emisoras de la ciudad con el cuento de que, tras una providencial entrevista que había mantenido el martes uno de abril, ¡que casualidad!, en las altas instancias de Confederación, en Sevilla, los agricultores sólo tendrían que pagar el 50 % del coste de las obras. Seguro que tras ambas intervenciones radiofónicas, las vibraciones de gozo, de grandeza y de ser más listo que nadie, desbordaban a este individuo. Poder dominar a la vecindad desde los micrófonos de la radio seguro estaba conseguido. A la reunión acudirían cuatro gatos, y aquello sería un fracaso de los convocantes. Aquel mismo viernes cuatro, aparecía en la página wed del Ayuntamiento una nota de prensa en la que se fundía y confundía el proyecto de agua para abastecimiento urbano, con el proyecto de regadíos, y por supuesto, con el señuelo del 50 % que sólo tendrían que pagar los usuarios. “El coste de las obras, declaradas de emergencia, tiene por ley que ser amortizado al cincuenta por ciento entre administración y los regantes …”. Toda una maniobra de despiste, de enredo y de distorsión de la realidad. Pero la intención de Manuel Quirante de engañar, de confundir a la opinión pública …, se las comió, cayeron en un agujero negro. La idea de reventar la reunión, de desactivar la movilización social mediante la intoxicación pública, fenecieron en el intento; el gol que se buscaba, acabó entrando en propia meta. Como ya nos vamos conociendo, y la población percibe quién dice la verdad, y tiene un discurso y un comportamiento coherente, e informa con datos ciertos, documentalmente contrastados, y a disposición de quien se interese en ellos, y quién cambia de opinión, según venga el aire ese día, para justificar y mantener las condiciones gravosas del proyecto de regadíos, y los tejemanejes de la Junta Central de Obras, la jugada le falló a Manuel Quirante, y la convocatoria fue un rotundo éxito, tanto de participación (el espacio de la Casa de la Cultura se quedó pequeño) como de las decisiones que se aprobaron: hacer una manifestación contra la composición y nombramiento de la Junta Central de Obras y contra las condiciones técnicas y financieras del proyecto de regadíos. Por supuesto, no faltaron los cuatro infiltrados de turno, que fueron a reventar la junta. Fallaron. Que lo sigan intentando. Y al lunes siguiente, de nuevo ante los micrófonos de la radio local, desencantado por el resultado del viernes, y un poco ofuscado, por las críticas de la calle y por las críticas políticas, Manuel Quirante volvió a la cantinela de que por Directiva europea, hay que pagar el 100 % de las obras. Y a la semana siguiente, a través de los mismos medios, volvía a ser el 50 %. Ejemplar claridad y coherencia. Pero como tanto desde los regantes, como desde los partidos de la oposición, se le había reclamado a Quirante que si lo del 50 % es verdad, se pusiera por escrito en un documento oficial, jurídicamente vinculante, este individuo manifestó que lo del 50 % es verdad, pero que Confederación no lo va a poner por escrito, que hay que creerse su palabra. Que el presunto compromiso de Confederación de amortizar a fondo perdido el 50 % de las obras no pueda constar por escrito, sólo cabe entenderlo, a la luz de la razón y de la lógica, por dos causas: o porque ese sistema de financiación sea ilegal, o porque es mentira, y por lo tanto es un farol de Manuel Quirante. Cabe reiterar en este punto, como ya se ha señalado en otras ocasiones, que la financiación pública a fondo perdido en las obras de infraestructura hidráulica es totalmente legal, y que la aludida Directiva 60/2000 no es de aplicación en España hasta 2010; y a partir de esta fecha, el Gobierno de la Nación tiene la facultad, según el art. 9 de la citada norma, de dispensar la imposición a los usuarios del 100 % del coste de las obras hidráulicas, cuando concurran circunstancias especiales de naturaleza social, económica, geográfica, climatológica o ambiental, cuestión esta que queda reflejada en la página 27 de la memoria técnica del proyecto de infraestructura de regadíos, y que en una demarcación como Baza, de las más deprimidas de Europa, está más que justificada su aplicación. Por lo tanto no existe impedimento legal alguno para que se sufrague con fondos públicos cualquier porcentaje de esta obra, y si no se hace, es, estrictamente, por mala fe o arbitrariedad política. Siendo totalmente legal la amortización con fondos públicos de las obras del proyecto de regadíos, si no se pone oficialmente por escrito, en documento jurídicamente vinculante, el anuncio de Quirante, de que Confederación asumirá el 50 % del coste de las obras, es, llanamente, porque la promesa de este individuo carece de rigor y de fundamento, y no es más que un bulo, un farol para desinformar, engañar y desmovilizar a los agricultores en la defensa de sus derechos e intereses legítimos. Si lo del 50 % fuera verdad, a los recaudadores, que les gusta mucho lucirse y colgarse medallas, ya los habríamos tenido, en posición de saludo, a presumir de lo generosos que son y de lo bien que gobiernan. Como es mentira, López Martos, “jefe político” de Confederación, sentenció que los regantes tienen que cargar con el 100 %. Como para fiarse de la palabra de Manuel Quirante. Si lo que está escrito se lo pasan por el capricho; entiéndase el Reglamento de la Administración Pública del Agua, que determina con meridiana claridad que la Junta Central de Obras ha de estar integrada únicamente por Confederación y usuarios, siendo los usuarios, en un proyecto de infraestructura de regadíos, exclusivamente los agricultores; y éstos han sido desplazados y apartados de dicho órgano, a través de una maniobra fraudulenta, mediante la que han colocado en la Junta de Obras a impostores al servicio de los intereses del partido gobernante, que detentan y suplantan ilegal e ilegítimamente la representación de los regantes; desde luego, con estos antecedentes, la palabra de Quirante, para un amplio sector de la población, tiene valor cero. Es bastante poco digno de quienes están en los cargos oficiales, aprovechar el puesto que ocupan, con la facilidad de acceso a los medios de comunicación que el cargo otorga, más aún cuando se cobran siete millones de pesetas anuales de los impuestos de todos los bastetanos, y se tiene tiempo de sobra disponible, con las oportunidades que ese sueldazo faculta, para tejer y perpetrar operaciones de manipulación, desinformación, engaño, confusión e intoxicación de la realidad y de la opinión pública. En relación a la Junta de Obras, Manuel Quirante indicó en una comparecencia pública el pasado 15 de abril, que el Ayuntamiento no tiene la intención de imponer los representantes de los regantes en este órgano, aunque en su línea contradictoria, defendió a quienes actualmente detentan estos puestos y su forma de actuar. Si es cierta la intención del Ayuntamiento, podría aplicarse el cuento en primera persona, en un gesto de altura y dignidad institucional, y abandonar el puesto que ilegal e ilegítimamente ocupa en la Junta Central de Obras, por cuanto el Consistorio no tiene competencias en materia de aguas de riego; plaza que habría de ser cubierta por quienes decidieran voluntariamente los regantes. Por cierto, que en este trajín de desinformación y confusión mediática, a Manuel Quirante no se le ha ocurrido decir ni media palabra de otro de los grandes problemas del proyecto, como es la necesidad de elevar la cota de emplazamiento de las balsas 3 y 4, para que todos los pagos y propiedades de Baza y Caniles queden dentro de la cobertura de la zona regable con presión suficiente. Si no se suben las balsas, a los pagos más altos de Baza y Caniles no les llegará el agua con la infraestructura que construya Confederación. En este estado de circunstancias, y en tanto que no existe voluntad de restituir la legalidad quebrada, ni de revertir las condiciones técnicas y financieras, altamente desfavorables, del proyecto de obras de regadíos, hagamos crecer y florecer la manifestación que se decidió en las asambleas de regantes de Caniles y de Baza, que se realizará el 21 de mayo, teniendo dos ejes primordiales: que las obras de infraestructura de regadíos son necesarias y fundamentales para el desarrollo de nuestras poblaciones, y que el proyecto actual, en las condiciones técnicas y financieras que se nos impone, es inaceptable, así como la configuración de la Junta Central de Obras, que han de ser cambiados de raíz, y puestos al servicio de nuestros campos y de nuestra prosperidad, y no al beneficio del partido socialista. |