A finales del pasado mes de marzo y cual si de una representación teatral se tratara, la extraña compañía formada por IU, PA y PP, nos sorprendía en el Consistorio Bastetano con una espantada del pleno debidamente ensayada. Renunciaban así al debate de los presupuestos bajo el guión de insostenibles excusas, y ponían de relieve una vez más su carencia de alternativas y su falta de compromiso con la ciudad.

Los Presupuestos Generales del Ayuntamiento para el ejercicio 2.006, los más importantes de la historia, fueron aprobados no obstante por esa legítima mayoría socialista, que como es su deber, viene garantizando la gobernabilidad municipal. Gracias a ello, el Ayuntamiento podrá seguir atendiendo las necesidades cotidianas, terminar las obras en ejecución y podrá culminarse el programa que el Grupo Socialista, comprometió con la Ciudadanía.

En la sesión plenaria siguiente, las concejalas del PP, daban cumplida repercusión a esa consigna de crispación, que la derecha (ahora tan nerviosa) ha convertido en práctica habitual. Pero ellas, más papistas que el papa, hacían gala de su inmadurez política y en un alarde propio de una extrema derecha (extremadamente nerviosa), protagonizaban un esperpéntico espectáculo de insultos, únicamente superado, por el que más recientemente nos ha dedicado su compañero el Sr. Martínez Pujalte en el Congreso de los Diputados.

Durante la celebración del último pleno municipal, asistíamos a otro patético episodio a cargo del tripartito con todo su elenco. En esta ocasión y ante la gravedad de una posible paralización presupuestaria, hacían mutis y se salían por la tangente.

Se debatía la impugnación de los presupuestos por parte de un vecino. El particular pretendía que en estos se contemplara la consignación de dos millones de euros, para indemnizarle por una expropiación de terrenos practicada en el año 1996, a cuyo efecto y según constaba en los pertinentes informes jurídicos, no había tal necesidad, al no existir sentencia que indique cantidad alguna a pagar por el Ayuntamiento, sino en todo caso por la Junta de Compensación del Plan Parcial U7. El Pleno desestimó dicha impugnación con los votos del PSOE y Grupo Mixto, mientras el TRIPARTITO, optaba por una pusilánime abstención.

El Grupo Andalucista, quizá ignorando la trascendencia de su irresponsable postura, quizá ensordecidos por los protectores auriculares o quizá ensimismados en la recolección de las nueces vanas de su pretendida indefinición, se quedaba otra vez fuera de juego en la defensa de los intereses de Baza.

Las concejalas del PP, hacían además un flaco favor a la credibilidad de su propio partido, ya que aunque solo hubiera sido por coherencia con sus compañeros (que gobernaban cuando se originaron los hechos), deberían haber adoptado una postura más consecuente.

Por su parte IU justificaba su análoga posición, con unas manifestaciones, que alguien con autoridad en este asunto calificó como inexactas, que nada tenían que ver con la realidad y que podían causar confusión y alarma social.

¿Extraña coincidencia?. Los ciudadanos deben estar preguntándose que pintan dos concejales de Izquierda Unida (puestos ahí con votos progresistas), inmersos una y otra vez en esa persistente causa común con los grupos de la derecha y defendiendo siempre, qué casualidad, intereses de particulares ideológicamente poco próximos a las clases más desfavorecidas.

La confianza mayoritaria de los ciudadanos, se gana día a día, con el trabajo constante y no con insultos, con el ejercicio de la responsabilidad, con coherencia y no con retóricas vacías.