Documento 42/06- 1 de Mayo de 2006

MUCHO RUIDO Y LAS MISMAS POCAS NUECES

Autor: Antonio Francisco Martínez, Secretario Local del P.A.

De pequeños en el cole ponían mucho esfuerzo en explicarnos bien los verbos"SER", "ESTAR" Y "PARECER", básicos en el manejo de la lengua castellana. Ya de mayores, comprobamos que hay quien hace todo un arte de la conjugación y de la aplicación práctica de estos verbos, como es el caso del Alcalde y su gobierno municipal del Psoe. "SER" los que mandan, dejándolo bien clarito y sin andarse con cortesías democráticas. "ESTAR" sobretodo delante de las cámaras y micrófonos y en inauguraciones o visitas oficiales varias, en lugar de al lado de los bastetanos y bastetanas. "PARECER" que se hace y vender mil veces lo mismo, mientras que hay problemas que se eternizan. Más que hacer cosas por Baza,  a nuestros gobernantes lo que se le da mejor es aparentarlo y lanzarlo a los cuatro vientos sea o no cierto. La tradición popular es sabia y tiene un dicho para estos casos: "Mucho ruido y pocas nueces".

Tenemos el ruido repetitivo del anuncio de obras por toda Baza, los mismos anuncios repetidos cada cierto tiempo pareciendo que son muchos y más,  y las pocas nueces de la espera y requetespera. Ahora que se acercan las elecciones parece que cambiará la cosa, aunque estas nueces ya suenan a rancias y apolilladas.

También está el mucho ruido de los miles de euros que nos dicen que se invierten en proyectos y que tan poco nos lucen. Es el caso del nuevo parque infantil de la Alameda, nuevecito e inaugurado por el alcalde en loor de
multitudes infantiles, "bonico, pero chico y esmirrao" según palabras de madres y padres. Será que no quejamos por todo o más bien que da rabia que no se hagan bien las cosas. Insuficientes nueces para tanta hambre de zonas de juegos y de zonas verdes en condiciones.

Mucho ruido de construcciones en Baza, que bien está, pero poca realización de espacios deportivos. Está a tope el volumen del botellón sin que lleguen las alternativas de ocio para los jóvenes, y las pistas e instalaciones deportivas parecen no entrar en los planes de quienes mandan. Un ruido más triste y con eco es el que nos llega desde nuestros monumentos y patrimonio histórico. Se están cayendo a pedazos y solo encuentran el silencio como respuesta. Nuestros gobernantes no lo escuchan por estar rodeados de ruido, de mucho ruido, demasiado ruido que diría el maestro Sabina.