646. No potable
Por Lola Fernández.
Miro en la imagen un fresco de una villa romana y me gusta especialmente el modo de crear profundidad en un muro desnudo previamente. Podría compararse a un folio en blanco o a un nuevo documento, en los que la palabra creará significados y sentidos diversos según las diferentes interpretaciones. Colores, formas, combinaciones, apariencias, elementos varios que pudieran asemejarse a verbos, adjetivos, sustantivos, conjunciones…, conjuntos que a modo de representaciones o textos pasan a ser, a tener una entidad. Donde no había nada, de repente, gracias a la imaginación, a idear y concebir, aparece algo que transmite, sea una pintura, sea un escrito; y todo ello supone un proceso de creatividad en el que hay un evidente e imparable salto desde el emisor al receptor. Entre lo que tú dices, o quieres decir, y lo que el otro recibe y cómo lo hace, hay un mundo que nada tiene que ver con el de la invención. Esto en cuanto a la creación, pero todo se vuelve más complicado si se atiende a la comunicación en general, y el modo en que cada quien ve y procesa un mismo mensaje, en cualquier manera en que se exprese. Hoy en día tiene mucha más presencia que el comentario de un experto, el farragoso ámbito de las redes sociales; miedo me entra cuando leo que las redes han dictado sentencia acerca de cualquier cosa, lo mismo me da, pues no me interesa lo más mínimo lo que se diga en ellas. Prefiero la opinión de un crítico, que generalmente sabe de lo que habla, que las estupideces que se comentan sin tener la más mínima idea, movidos por el odio y la discordia.
Hay un submundo de energúmenos que hacen del insulto y la amenaza sus banderas, tan feo como ese pez abisal, el diablo negro, que de repente se ha visto cerca de la superficie, como si el fondo marino fuera los bajos fondos y no le quedara más alternativa que huir a otro lugar, por poco conocido que le sea. Con las pertinentes excepciones, porque siempre hay personas con criterio, que razonan y exponen objetivamente, haciendo que se pueda dialogar e incluso aprender, los comentarios de las redes sociales son como esa zona abisal donde no llega la luz; y menos mal, porque la habitan seres monstruosos, feos como las cosas que dicen y escriben. En esos abismos oscuros campan a sus anchas la ausencia de valores y de principios, y se expresa sin rubor el racismo, la misoginia, la xenofobia, la homofobia y todas las aversiones habidas y por haber. Para esos posesos endemoniados serás gorda, o vieja, o roja comunista, o fea a la que no tocarían ni con un palo…, te mandarán a leer e informarte, porque siempre te llamarán ignorante; y no trates de opinar, o de objetar, o de simplemente pensar y expresarte libremente, porque no vas a obtener nada que no sea insultos y afrentas por parte de estos verracos. Lo bueno que tiene esto, es que es muy fácil vivir completamente ajeno a tanta tontería, y no me cabe en la cabeza que alguien pueda siquiera tratar de informarse o conocer un tema partiendo de tal fuente. De acercarse a semejante bebedero, no hay que olvidar que se trata de agua no potable, y que, aunque no se señale como tal, son aguas brutas que pueden ser tóxicas y transmitir enfermedades. Allá cada cual con dónde acuda para saber de lo que sea que pueda interesarle, pero más le vale ignorar el dictado y el dictamen de tales bocazas y cabezas huecas.