Autor: Alberto Parra Maestra.
¡Qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando tuvimos el pleno de investidura en el Ayuntamiento de Baza y ya ha pasado un año desde que el Sr. Pedro Justo Ramos Martínez fue elegido alcalde. Ese pleno fue un verdadero espectáculo, con interrupciones y gritos, sobre todo cuando intervino la oposición. Sin embargo, la intervención de Manolo Gavilán, portavoz del PSOE, fue la más aplaudida, a pesar del ruido.
Quiero compartir mi opinión sobre este año de “cambios” con el gobierno municipal del PP+VOX, y luego con el PP+Azor, siempre con el apoyo de Compromiso por Baza. Por si hay algún despistado, es la segunda vez que un partido diferente al PSOE gobierna en Baza, la primera vez fue de 1995 a 1999 con un gobierno del PP en mayoría absoluta.
Reflexionemos sobre lo que ha logrado este primer año de mandato. ¿Podéis acordaros de algún hito? Yo no. Lo primero que se me ocurre es el tema de los sueldos: liberaron a 13 personas, cada una ganando aproximadamente 30.000€, incluidos concejales, jefe de prensa, y la secretaria del alcalde, dos de ellos 17.000€ hay que decirlo, mientras que el alcalde gana 45.000€. También está el caso de la secretaría de Compromiso por Baza, que les garantiza su apoyo o al menos su abstención, por unos 15.000€ brutos.
Otros aspectos a mencionar incluyen la paralización del carril bici, que costó casi medio millón de euros y la pérdida de la subvención asociada. Además, intentaron convertir el Palacio de los Marqueses de Cadimo en un hotel privado, tras haber destinado dinero público a su restauración. También han descuidado instalaciones museísticas como el Centro de Interpretación de la Cultura Íbera (CICI) y la exposición itinerante “50 miradas de la Dama”, que iba a recorrer varias ciudades representando a Baza. Y no olvidemos las medidas estrella más recientes: reclutar un ejército de ovejas para desbrozar y colocar una bandera de España en una glorieta. Como esto, mucho más pero no quiero aburriros.
El programa electoral del PP, llamado “Programa del Cambio”, al que yo llamaría panfleto de ocurrencias, decía:
“Jóvenes: Nuestra prioridad es la creación de empleo, la implantación de empresas y la industria en la ciudad. Pero en la vida no todo es trabajo. Haremos de Baza una ciudad acogedora, con posibilidades de ocio, limpia y segura. Queremos que Baza sea una ciudad atractiva para trabajar y vivir.”
No parece algo muy concreto, ¿no?. Tampoco se ha traducido en ninguna iniciativa. Como joven que soy, quiero centrarme en las políticas destinadas a nosotros. Prometían una ciudad acogedora para vivir y trabajar, pero una de sus propuestas fue convertir el Palacio de los Marqueses en un hotel privado, en lugar de viviendas de alquiler asequible, que como sabemos, la mayoría son jóvenes los que ocupamos estas viviendas que ya existen en la Avenida del Mediterráneo. ¿Creación de empleo y atracción de empresas? Nada de nada. ¿Ocio? Menos de lo que había ido a peor. Ni siquiera tenemos opciones de ocio adecuadas; sólo festivales para mayores de 40 años o algún pub para tomar unas copas. El transporte, un tema crucial para los jóvenes, sigue igual. La estación de autobuses, prometida por la Junta de Andalucía en el 2023, aún ni se ha proyectado.
Y una pregunta: ¿Sabéis quién es el concejal de Juventud? Estoy seguro de que muchos no lo sabéis, ni siquiera los más informados. Os doy otra pista: fue nombrado portavoz del grupo popular, pero sin voz, porque lleva meses sin intervenir en el pleno. Antes, todos conocíamos a Antonio Vallejo como el concejal de Juventud, estaba en todo, ¡en todo!, y todos lo conocíamos. La verdad que es una pena que por cuestiones personales haya tenido que abandonar la política. El área de juventud seguirá funcionando gracias a sus técnicos, que son excelentes profesionales, pero ellos solo pueden ejecutar decisiones, no tomarlas. Si no hay liderazgo, el área acabará muriendo porque nadie querrá participar.
Y no solo se mejora la vida de los jóvenes desde la concejalía de juventud, los jóvenes necesitamos políticas transversales, vivienda, cultura, economía, trabajo y oportunidades. Aunque las posibilidades de actuación puedan ser limitadas por parte de un ayuntamiento como el de Baza, sabemos que se pueden hacer pequeños avances, pero en este gobierno no tenemos referente.
Un año perdido para Baza y, especialmente, para su juventud.