Autor: Juan Antonio Díaz Sánchez (Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino)
No hace mucho tiempo, tuve la oportunidad de leer un artículo magnífico de José García Román, titulado: “Nos espera el tren” y publicado en nuestro diario decano Ideal. Pues bien, resulta que en este artículo, su autor denuncia públicamente, con una exquisita forma y estilo, que la ciudad de Granada llevaba ya 31 meses sin tren.
Hace poco tiempo, he podio ver cómo el diario Ideal se ha vuelto a hacer eco del tercer aniversario de la deleznable efeméride que versa sobre la dexconesión ferroviaria de Granada. A Granada se le ha ido expoliando el ferrocarril, poco a poco, paulatinamente, sin prisas, con premeditación, alevosía y diurnidad, puesto que los del Ministerio de Fomento trabajan en turnos diurnos, obviamente.
El 31 de diciembre de 1984, víctima de una deleznable actuación llevada a cabo por el gobierno socialista de la época, el pueblo le volvió la cara y la línea Guadix-Baza-Lorca fue clausarada, desmantelada y, en la mayoría de los casos, expoliada; ahora, muchos de sus longevos tramos han sido reconvertidos en vías verdes y algunas de sus vetustas estaciones, que eran de estilo británico, han sido restauradas.
En el verano del 2015, fue suprimido el servicio del tren-hotel (nocturno) que conectaba Granada con Barcelona, ese tren que en varias ocasiones he utilizado para ir a visitar a mi familia a la ciudad condal. La supresión de este servicio se argumentó por las obras ferroviarias que, con motivo de la ejecución del Corredor Ferroviario Mediterráneo, se estaban ejecutando en Valencia. Lamentablemente, a pesar de que esas obras ya han concluído y el servicio ferroviario ha sido restablecido en Valencia, ese tren-hotel con destino a Barcelona ni está, ni se le espera. Los datos generalizados del número de usuarios, evidentemente, han caído en picado y Granada, en la actualidad, no es que sea una estación preferente de partida o destino.
Sin lugar a dudas, esta lamentable situación es totalmente insostenible e inadmisible. La capital del antiguo Reino Nazarí, una de las ciudades más turísticas de Andalucía, la joya de la corona de España, no puede permanecer aislada ferroviariamente por más tiempo. Es de vital importancia que el AVE llegue a Granada, de una manera digna y solvente, que la alta velocidad comunique a la ciudad de la Alhambra con el resto de Andalucía y, por ende, de España.
Resulta muy triste ver cómo se está tratando tan injustamente, en materia ferroviaria, a una de las ciudades más hermosas de todo el territorio nacional. Al igual que es muy injusta la manera en que se trató y trata en esta misma materia ferroviaria –y en otras tantas más, como pueden ser en carreteras, autovías e infraestructuras−, al norte de la provincia de Granada.
Si el Sr. García Román denunciaba ante la opinión pública −con toda la razón del mundo−, que la ciudad de Granada llevaba 31 meses sin tren, lo cual me parece un auténtico despropósito. Yo quiero denunciar, ante la misma opinión pública –por enésima vez−, que la ciudad de Baza, el pasado 31 de diciembre del año pasado, fecha de infausto recuerdo en la que, triste y melancólicamente, se conmemoró la efemérides del último tren que pasó por los raíles y traviesas bastetanas, y por la estación de la ciudad de la Dama, ya va para 400 meses los que llevamos sin tren o, lo que es lo mismo, 33 años y unos meses.
En estos mismo días, también he podido leer en Ideal, un artículo titulado “Tres años de bochornoso aislamiento” y firmado por Don José Antonio Molina Cortés, presidente de la Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (AGRAFT). Coincido plenamente en todo lo que pone de manifiesto el Sr. Molina en este artículo pero –muy a mi pesar– echo en falta alguna reinvindicación sobre la reapertura de la antigua línea ferroviaria Guadix-Baza-Lorca.
Tristemente, Granada está sufriendo los nefastos efectos y perjuicios causados por el aislamiento ferroviario. Personalmente, éste que escribe, debido a su edad, no conoció el tren pasando por el término municipal de su villa natal y de residencia, Caniles. Lo único que conocí fueron las viejas vías y traviesas que quedaban en el antiguo trazado ferroviario de la línea Guadix-Baza-Lorca.
De todo esto a lo que me estoy refiriendo, tan sólo quedan algunas viejas estaciones, que han sido totalmente restauradas y recuperadas, como es la de Caniles, sita en su término municipal junto a la antigua fábrica azucarera “Nuestra Señora de las Mercedes”; otras que han sido remozadas como es el caso de la de Baza, y la mayoría de ellas que han desaparecido, paulatinamente, víctimas del paso del tiempo, la acción antrópica, el abandono y el olvido. Todavía quedan en pie, algunos de los impresionantes puentes de lata, que salvaban los diversos accidentes geográficos que presentaba el trazado ferroviario a su paso por las comarcas de Guadix y Baza, cuyos ingenieros, que los diseñaron, eran discípulos de la escuela de Eiffel. Ahora, se está aprovechando este antiguo trazado ferroviario para reutilizarlo como vía verde y aprovecharlo para las múltiples posibilidades deportivas que ésta ofrece.
Respecto a la parte almeriense de esta antigua línea de ferrocarril, aquella que discurre por la cuenca del Almanzora, también se ha hecho lo propio: aprovechar estos vestigios arqueológicos de la época industrial de la mejor manera posible.
Sin embargo, lo más triste de todo este asunto es que quien sufre las consecuencias directas de este aislamiento ferroviario, en la provincia y su capital, es la sociedad granadina en general. No logro comprender –a lo mejor es que mis “cortas entendederas” no dan para más− el porqué de esta terrible situación ferroviaria con respecto a Granada y su provincia.
Desde estas líneas, que tan amable y generosamente me brinda este periódico, quiero hacer un llamamiento público y unánime a los agentes políticos que nos representan –sean del signo político que sean−, a las Instituciones que nos gobiernan, a los agentes económicos y sociales…, para que trabajemos todos en una misma dirección con el único objetivo de recuperar ferroviariamente a Granada y su provincia, y que no tengamos que estar sumando más meses a la larga e ignominiosa cuenta que ya llevamos de aislamiento ferroviario.