Diego Hurtado Gallardo. Junio 2022.
Hace unos días manifestaba una crítica rotunda al acuerdo adoptado por la Comunidad Autónoma Madrileña referente a la extensión del derecho a ser beneficiarios de becas a los alumnos de bachillerato y FP de los colegios privados de la mencionada comunidad. Tal acuerdo lo calificaba de cínico y bochornoso, porque su presidenta lo justificaba como una necesidad para la igualdad de oportunidades de los alumnos madrileños y porque el listón de renta familiar, lo han puesto a la medida de la economía de estas familias. En concreto, criticaba que una familia de cuatro miembros, pudiera acceder a estas becas teniendo unos ingresos anuales de 143.000 euros. Vuelvo a reafirmarme en lo que decía en aquel escrito: de vergüenza.
Pero esta Comunidad, un día sí y otro también no deja de sorprender. Y desde luego no para bueno.
El día 7 del presente mes el diario La Vanguardia ofrecía una información con el siguiente titular: Madrid asume que tendrá centros de salud sin médicos y deja al mando a las enfermeras.
Sí así como suena. No bastaba con las colas interminables o las consultas virtuales dilatadas en el tiempo. Para este verano, además de todo ello, centros de salud sin médicos que puedan atender a los pacientes.
Pero todo está previsto en este nuevo milagro de gestión que es la comunidad madrileña.
En su protocolo milagrero, contemplan tres posibles casuísticas:
- Procesos demorables. Estos pacientes serán citados más adelante según la agenda del centro. Hablando claro, que aunque estés enfermo, pero no grave, grave, igual con suerte, recibes asistencia sanitaria pasado un año.
- Procesos no demorables. En este supuesto, la atención la prestará el servicio de enfermería o será derivado a otro centro de salud.
Saquen sus propias conclusiones. Atención médica sin médico, o colapso y largas esperas en centros de salud que ya están colapsados.
- Procesos de urgencia. En estos casos, el centro de salud sin médicos contactará con el más próximo, que si tenga, solicitando la presencia de un médico.
Tampoco en este caso es difícil adivinar, lo que sucederá. Médicos sin dar abasto, agobiados y pacientes con enfermedades graves teniendo que esperar horas que se harán interminables.
Pues este es el gran y no comprensible milagro madrileño.
Becas para quien no las necesita y ausencia de médicos para quien si los necesita.
El mundo al revés. Pero no como José Agustín Goytisolo narraba en su poesía “ Erase una vez “, pensando en un mundo mejor.
Ante uno y otro desvarío los colectivos profesionales afectados y sindicatos han manifestado su rechazo e indignación.
Pero, ¿y la mayoría del pueblo madrileño dónde está?, ¿qué opina de estas clasistas y anómalas medidas?
Como no podía ser de otra forma, acepto y defiendo su soberanía electoral, pero al tiempo no identifico al actual, al que yo, por lecturas o vivencias, he admirado durante muchos años.
Dónde está aquel valeroso pueblo defensor de la libertad con mayúsculas y de la legitimidad democrática del NO PASARÁN de la guerra civil.
O aquel que con sus movilizaciones obreras y universitarias puso en jaque al franquismo más duro.
Dónde está aquel pueblo solidario, que fue faro y cobijo de todos los movimientos políticos, de cualquier lugar de España, que aspiraban a una democracia homologable a las europeas.
O aquel que asombró al mundo por su templanza firme, pero responsable, después de la matanza de Atocha.
O el que con su “ movida “ supo interpretar el cambio de plena libertad con el que la democracia tintó de color la vida española, haciendo de Madrid la vanguardia de todos los movimientos culturales y de apertura mental.
Ese Madrid, es el que admiraba. Al actual, lo respeto pero no lo entiendo.
Y como en el anterior escrito, vuelvo a recordar que el día 19 tenemos una cita muy importante con nuestra propia vida. Nos jugamos nuestro futuro.
El pasar no es una opción, es un despilfarro de nuestro poder de decidir.
Confío en que el pueblo andaluz y bastetano, sea consecuente con sus intereses e ideología y recuerde quien llevó a Andalucía a la marginación y pobreza y quien se rebeló contra esa situación.
Tengo claro que iré a votar y también a quien.
Quisiera añadir que esta afirmación rotunda, no está motivada ni por un acto de fe ni por sectarismo político, teniendo en cuenta mi conocida pertenencia al PSOE. Lo tengo claro, en defensa de mi tierra y de la mayoría de la población de ella. Pondré un ejemplo aclaratorio.
En el debate televisivo celebrado el seis del presente mes, entre los cabezas de lista de los distintos partidos, el candidato Juan Espadas, en más de una ocasión, acusó al candidato del PP, Juanma Moreno, del deterioro que está sufriendo la sanidad andaluza, a lo que invariablemente el actual presidente contestaba, que era debido a la pandemia y que, por qué en sus muchos años de gobierno, el PSOE no lo había solucionado, al tiempo que se quejaba de la herencia recibida.
Vamos a analizar sus respuestas desde la óptica de Baza, espacio que todos conocemos.
La herencia que recibimos los socialistas en Baza fue un centro de salud insuficiente e infradotado, sin urgencias; la atención sanitaria acababa a las tres de la tarde, sin ambulancias y con una plantilla de médicos que no llegaría a la decena. En cambio, la administración del PP recibió como herencia un gran hospital espléndidamente dotado, un espacioso centro de salud, una numerosísima plantilla de personal sanitario, técnicos, administrativos, ambulancias, etc., etc. Esto, da respuesta también a qué hicieron los distintos gobiernos socialistas en materia sanitaria, durante sus mandatos. Dotaron de instalaciones y de personal sanitario a Baza, a la provincia de Granada y al resto de Andalucía. Y, además, implantaron la medida más ansiada del estado del bienestar: cobertura sanitaria universal y gratuita para todos los españoles. A partir de aquí, con todo eso ya conseguido, la obligación de la administración del PP era mejorar lo ya existente. Y en este momento, la pregunta es inevitable: ¿la sanidad bastetana está mejor que estaba?, ¿nuestro hospital hoy día, está más dotado o más desmantelado?.
Y tampoco me sirve la excusa alegada por el candidato Moreno sobre la pandemia. Recientemente, ha habido dos crisis. La de las hipotecas y la de la pandemia. En la primera de ellas, la política comunitaria y estatal, con Rajoy al frente, fue la de la austeridad y los recortes y ello conllevó que estos se sufrieran también en la sanidad. A diferencia de ello, durante la pandemia, las políticas comunitarias y estatales, ya con Pedro Sánchez como presidente, han sido todo lo contrario, a las comunidades autónomas ha llegado para su financiación más dinero que nunca.
El deterioro de la sanidad andaluza tiene otras razones, pero, desde luego, no ha sido ni la herencia, ni la falta de financiación.
Esta es una de las muchas razones que tengo para saber que iré a votar y también a quien votaré.
¿ Y tú, lo tienes decidido ?