Autor: Diego Gallardo Hurtado. Octubre 2020.
Hasta hace unos pocos años, a lo sumo un lustro, el término protocolo estaba reservado principalmente, a las tres primeras acepciones del Diccionario de la RAE.
A saber:
- Serie ordenada de escrituras matrices y otros documentos que un notario o escribano autoriza o custodia con ciertas formalidades.
- Acta o cuaderno de actas relativas a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático.
- Conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes.
Como decía, hasta hace pocos años, la diplomacia, la precedencia en actos oficiales o las actuaciones fedatarias, eran casi acaparadoras del significado de la palabra protocolo. Y al oírla, yo por lo menos, me imaginaba por donde iban los tiros.
Ahora, esa predicción es imposible, la mencionada palabra, está de moda, se utiliza para todo. Lo mismo sirve para indicar las normas que deben cumplir los escolares de un colegio, para entrar a su centro, como para utilizarla para referirnos a las instrucciones precisas, para ponernos o quitarnos unos guantes asépticos. Con su abuso, estamos empobreciendo nuestro vocabulario, ya apenas se utiliza proceso, reglas, normativas, instrucciones……..todo es protocolo. Dentro de poco, las madres o padres utilizaran el protocolo debido, para enseñar a sus hijos a hacerse la lazada de los zapatos. Al tiempo.
Desde luego no es la primera vez que esto sucede. Recuerdo la célebre “ sin acritud” de Felipe González, el talante de Zapatero o el utilizar la palabra evento para definir la reunión de dos personas.
Queridos amigos, no seamos rehenes de ninguna moda. Os animo a seguir enriqueciendo nuestro vocabulario utilizando la palabra adecuada para cada situación. Un abrazo.