“El pasado ha muerto, ya no existe,
pero es algo muy poderoso. Es tan poderoso
que una nación entera (Zimbabwe)
puede tomar el nombre de un yacimiento arqueológico.”
(Dr. Matthew Johnson)
Historia y Memoria, son dos conceptos, que desde el año 2007, están legalmente unidos, y están arrojando mucha luz sobre aquellos temas en donde, hasta ahora, no la había habido.
Hace pocos días, se ha celebrado por duodécimo año consecutivo el homenaje a las víctimas del franquismo que fueron fusiladas en el Barranco del Carrizal de Órgiva. Allí, el Secretario General del PSOE Provincial, Pepe Entrena, defendió públicamente la aplicación de todo lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica (2007) y en la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía (2017). En este mismo acto de homenaje, Pepe Entrena declaró: “Tenemos la obligación de conocer la verdadera historia de este país y el relato de lo que pasó, que aún no se ha escrito a pesar de los años.”
Hemos querido comenzar este artículo con esta noticia correspondiente a la celebración de un acto homenaje a la memoria y el recuerdo de más de 4.000 personas fusiladas por las fuerzas franquistas, en palabras de Pepe Entrena: “por pensar de manera diferente o defender los valores de la República o el socialismo.”
Sin lugar a dudas, la Memoria Histórica –concepto en el que se unen los dos anteriores con los que hemos comenzado este artículo− es fundamental si queremos cicatrizar, de una vez por todas y para siempre, las viejas heridas de la Guerra Civil Española (1936-1939). Es nuestra obligación, como historiadores que somos, de investigar, escribir, publicar y divulgar nuestra historia contemporánea y actual. Y este tema, el de la Guerra Civil, es uno más dentro de los siglos que abarca esta división historiográfica. Por consiguiente, siempre hemos pensado que este episodio, trágico sin lugar a dudas, ha de investigarse y estudiarse como otro tema cualquiera. Solamente de esta manera, con la investigación, estudio y publicación de nuestra historia, podremos llegar a alcanzar un conocimiento pleno de la misma. Y así, sabiendo lo que verdaderamente ocurrió en un bando y en otro, podremos cicatrizar esas heridas, que todavía supuran. Es por todo lo anteriormente expuesto, por lo que no debemos de tener miedo a conocer la verdad de nuestro pasado. De esta forma, tendremos la oportunidad de saber y conocer lo ocurrido, aprender de nuestra historia y, en la medida de nuestras posibilidades, reparar simbólicamente el daño ocurrido.
En este sentido, coincidiendo plenamente con las palabras pronunciadas por el Secretario General se los socialistas granadinos, la prestigiosa revista “Péndulo. Papeles de Bastitania” ha querido emprender un camino hacia el conocimiento e investigación de nuestra verdadera historia. Hace poco más de un mes, ha salido publicado el nº 17 de esta revista anual de Humanidades, la cual tiene como foco geográfico de atención a las comarcas de Baza y Huéscar.
Dicho número corresponde al primer volumen de un monográfico dedicado a la II República, Guerra Civil y Represión, lo que viene a ser los años comprendidos entre 1931 y 1945. Es un gran trabajo, que pretende arrojar luz donde tanta falta hacía. Hasta ahora, habían sido muy pocos trabajos los publicados al respecto, algunos de ellos de gran calidad científica. Uno de los mayores objetivos, que se ha marcado el equipo directivo de esta revista con la publicación de este monográfico, es, aparte de ofrecer al público el conocimiento del que hemos hablado antes, reabrir esta línea de investigación histórica para poder elaborar y publicar cuantos más trabajos de investigación mejor.
Gracias a estos estudios de investigación, tuvimos a nuestro alcance las razones históricas para proponer en su día al Excmo. Ayuntamiento de Baza que el nombre de su Biblioteca Pública Municipal sea el del profesor republicano José Becerril Madueño, quien fue director del primer Instituto Local/Nacional de Bachillerato de Baza durante la II República. El 30 de marzo de 1939, dos días antes del final de la Guerra Civil, entraron las tropas franquistas en Baza, al mando del coronel Redondo, detuvieron a las autoridades republicanas y a don José Becerril, que tras unos meses de presidio, fue juzgado por un tribunal militar en un proceso sumarísimo y de urgencia, injustamente condenado a muerte y vilmente fusilado. Los nuevos gobernantes franquistas clausuraron dicho Instituto, lo desmantelaron y expoliaron, hasta 1952 que no lo volvieron a abrir bajo el nombre de Instituto Laboral, Centro de Enseñanza Media y Profesional “José de Mora”. No obstante, la mayor razón histórica que nos motivó a realizar esta propuesta y que la fundamentó –por supuesto, no fueron las ideas políticas del homenajeado− fue la lucha de éste por enseñar en la ciudad de Baza durante la década de los Años 30 del s. XX. Como máximo exponente de esa lucha incesante por la enseñanza pública, gratuita, igualitaria (coeducación) y de calidad fue el haber fundado la primera biblioteca pública que tuvo la ciudad de Baza, al amparo de su Instituto.
Fueron los profesores Juan Hidalgo Cámara y Francisco Tristán García, los que en el año 2008, publicaron dicha biografía en “Péndulo”. Este estudió aportó las razones históricas necesarias para que el historiador Juan Antonio Díaz Sánchez, en 2015, coordinase la exposición de motivos que contenía dicha propuesta y que Juan Ramón Gil van Gil, concejal por IU del Ayuntamiento de Baza, canalizase la misma a través de una moción que fue debatida y aprobada por la Corporación Municipal reunida en sesión plenaria ordinaria el 31 de mayo de 2017 con los votos a favor de IU, C’s, PA y PSOE, y la abstención del PP.
He aquí un ejemplo práctico de la aplicación de la Historia para llevar a cabo la recuperación de la Memoria –en este caso, la de don José Becerril Madueño−, pero se podrían poner muchos otros. Pero claro, ¡no podía ser todo perfecto! Dicho acto de homenaje, el cual consistió en la inauguración de la placa nominativa que daba nombre a este edificio público, la biblioteca, y que fue de una exquisitez institucional impecable y de una emoción familiar incomparable, no estuvo exento de críticas. Se trató de una cierta polémica, sin demasiado recorrido, originada por los comentarios en redes sociales vertidos por ciertos representantes públicos que, sin haber estado presentes en dicho acto, pretendieron tergiversar la realidad de los hechos acaecidos en el mismo. En fin, no merece la pena dedicarles más palabras a semejantes comentarios que fueron, cuanto menos, desafortunados y que, perfectamente, pudieron herir los sentimientos de las personas que allí nos encontrábamos presentes, sobre todo a sus familiares directos, para rendir el justo y más que merecido homenaje, a este ilustre profesor que encontró la muerte en las tapias del cementerio de Baza, la madrugada del 3 de septiembre de 1939, víctima de una injusta condena a causa de su incansable defensa de la educación y enseñanza pública en la España Republicana que acababa de fallecer.
Autores: Francisco Tristán García, Juan Hidalgo Cámara y Juan Antonio Díaz Sánchez (“Péndulo, Papeles de Bastitania”)