Los bomberos de Baza alertan del riesgo de propagación de incendios debido a las parcelas agrícolas abandonadas.
AGAPRO resalta la importancia de la prevención de incendios forestales en la comarca del Altiplano.
Autor: Víctor Azor López, Ingeniero Técnico Forestal
El incendio producido a finales de junio en un olivar cercano al cementerio de Baza, que carbonizó más de 7 ha, ha puesto de manifiesto la necesidad de actuar en las fincas agrícolas abandonadas.
Así lo ha indicado Ramón Miguel Quirante, Jefe de Bomberos de Baza que alerta sobre la necesidad de que los propietarios realicen el desbroce de las fincas y la creación de fajas perimetrales junto a los linderos de al menos 15 m de ancho. También ha manifestado que sería importante la puesta en marcha de las ordenanzas municipales de limpieza y mantenimiento de fincas que se promovieron desde la asociación AGAPRO en el año 2020.
Como es bien sabido y difundido por los medios de comunicación, por las políticas conservacionistas, es cada vez mayor el abandono del mundo rural y si hablamos del mundo forestal hace años que desapareció, no existe el monte si no es para la acampada, bicicleta o el senderismo.
El mundo forestal ha existido siempre , estando ligado al uso del ser humano y como constancia del mismo son las huellas que quedan en nuestros bosques en forma de cortijos, albergues, eras, casas forestales, corrales…. Parece que están allí hace miles de años, pero no, os aseguro que muchos de nuestros abuelos vivieron allí y de eso no hace tanto.
A consecuencia de las leyes cada vez mas restrictivas y si es Parque Natural o Nacional se hace aun mas limitante, es inviable arreglar cortijos, modificar caminos, poner en funcionamiento tierras arables en desuso y eso supone el abandono paulatino de nuestras Sierras. Es muy escucha la expresión “si no subo a mi cortijo no merece la pena ir” pero eso conlleva un deterioro de todo lo que lo rodea que con el tiempo nos va pasar factura.
Así mismo, Los ganaderos van desapareciendo porque es un trabajo duro y 360 días al año. El campo es improductivo pues son terrenos de baja producción. El gasoil ha sustituido a la retirada de leñas. La saca de madera en terrenos escarpados es dura y no existe mano de obra cualificada…. y así podríamos seguir enumerando puntos que hace que el monte esté abandonado a la mano de su propia suerte.
Tras este pequeño diagnostico solo nos quedan las secuelas que son un terreno forestal que va desarrollándose años tras años con un incremento de biomasa, que finalmente será lo mas parecido a un polvorín. Esto es lo que está ocurriendo en el mundo rural y el mundo forestal pero hay procedimientos administrativos para intentar luchar contra esto.
Existen en Andalucía varios instrumentos para la lucha y prevención de los incendios forestales que nos afectan tanto fincas de propietarios particulares así como de la administración local.
1.- Planes de Autoprotección
«Los Planes de Autoprotección tienen por objeto establecer las medidas y actuaciones necesarias para la lucha contra los incendios forestales y la atención de las emergencias derivadas de ellos y deben ser elaborados con carácter obligatorio y bajo su responsabilidad por los titulares, propietarios, asociaciones o entidades urbanísticas colaboradores o representantes de núcleos de población aislada, urbanizaciones, campings, zonas de acampada, empresas e instalaciones o actividades ubicadas en Zonas de Peligro, así como las asociaciones o empresas con fines de explotación forestal que realicen labores de explotación dentro de dichas zonas”
Todo el municipio Baza se considera zona de peligro por ser catalogada zonas de influencia forestal por la Junta de Andalucía y encontrarse a 400 metros alrededor de zonas forestales. Por lo tanto cualquier titular tanto particular como privado debe elaborar un plan de autoprotección contra incendios forestales.
El formulario se puede descargar desde la pagina de la consejería de Medio ambiente y rellenar por los propietarios o ser redactado por un Ingeniero Forestal cuya formación especifica le permite conocer los modelos y nomenclaturas que se mencionan.
Corresponde a las autoridades locales la competencia y responsabilidad para exigir la elaboración de los Planes de Autoprotección, otorgar la aprobación y verificar el cumplimiento de los mismos. Por lo que son los ayuntamientos quienes aprueban dichos planes de autoprotección.
2.- Planes de Prevencion de Incendios
Para todos los terrenos forestales que carezcan de Proyecto de Ordenación de Montes o Plan Técnico es obligatorio la elaboración de un Plan de Prevención de Incendios Forestales, cuya redacción corresponde a los propietarios y titulares de derechos reales o personales de uso y disfrute de terrenos o explotaciones forestales tanto públicos como privados. Los planes de prevención de incendios forestales tendrán una vigencia de cinco años. Existen dos modelos, dependiendo de la superficie es inferior o superior a las 400.
Consecuencias de la no presentacion de Planes de Autoproteccion o Prevencion de Incendios.
Si ocurriera la desgracia de un incendio, los propietarios de los terrenos forestales calcinado adoptarán las medidas y realizarán las actuaciones de reparación o restauración que, en su caso, resulten necesarias para la recuperación de las áreas incendiadas, sin perjuicio de la exigencia de las responsabilidades que correspondan a los causantes del incendio
Los propietarios de los terrenos forestales incendiados elaborarán, un Plan de Restauración en el que se evalúe la situación de los terrenos incendiados tanto desde el punto de vista de la producción forestal como de la conservación de la flora, la fauna, el suelo y los ecosistemas, y se propongan las actuaciones o medidas destinadas a la restauración o regeneración de los terrenos,
Frente a los especuladores urbanísticos o aquellos que pretendan cambiar el uso actual del uso, recalcar que la pérdida total o parcial de cubierta vegetal como consecuencia de un incendio forestal no alterará la calificación jurídica de dicha superficie como terreno forestal.
Los productos forestales procedentes de un incendio no podrán enajenarse sin la autorización de la Consejería competente en materia forestal y se fuera necesario se formalizarán necesariamente mediante contratos en los que se reflejarán necesariamente los condicionantes establecidos por la Consejería competente en materia forestal,
Además las cantidades obtenidas por la enajenación de los productos se destinarán, en la medida que resulte necesario, a dicha restauración.
Básicamente nos vienen a decir que las rentas económicas obtenidas de la venta de leñas tras un incendio se destinaran para la restauración del monte dañado.
Las responsabilidades de reparación del daño e indemnizaciones será compatibles con la exigencia al infractor de la reposición de la situación alterada por el mismo a su estado originario, así como con la indemnización por los daños y perjuicios causados. Es decir, los gastos de extinción, nos lo pueden repercutir si no tenemos nuestro instrumentos de planificación contra los incendios forestales.
Infracciones.
Se consideraran infracciones el incumplimiento de la obligación de incluir la planificación preventiva de incendios en los instrumentos de ordenación o gestión de los terrenos forestales y de elaborar los Planes de Prevención de Incendios Forestales y Planes de Autoprotección.
Así mismo se consideran sujetos responsables de las infracciones en materia de incendios forestales aquellos que incumplan la obligación de incluir la planificación preventiva de incendios en los instrumentos de ordenación o gestión de los terrenos forestales y de elaborar, subsidiariamente, los Planes de Prevención de Incendios Forestales.
Cabe reseñar que cuando exista pluralidad de responsables de la infracción y no pueda determinarse el grado de participación de cada uno, la responsabilidad será solidaria
En caso de incendio no podemos exigir toda la responsabilidad a la administración cuando existe una normativa que nos exige a los particulares unas obligaciones mínimas en materia de prevención. Cumplamos cada uno con nuestra responsabilidad para poder dejar unos montes a las generaciones futuras.