De nosotros, dicen, que fuimos uno de los colectivos que más duramente padeció las consecuencias de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial. La miseria generalizada, las depuraciones a familiares, la falta de libertades, el adoctrinamiento, el aislamiento internacional, el fariseísmo de una sociedad atemorizada, la emigración, la cultura y la Iglesia al servicio del régimen, la ausencia de un estado protector y en consecuencia la existencia de un estado represor, etc. Baste con recordar, para ver cómo eran aquellos años, las filas de alumnos accediendo a las escuelas de la época, con sus braserillos de picón como recurso para contrarrestar los rigores de aquellos gélidos inviernos.
También se dice de nosotros, que colectivamente, fuimos uno de los grupos que propició la transición de la dictadura al sistema democrático existente en la actualidad. Junto a otros, propiciamos el consenso, el acuerdo, la España en la que cupieran todos, el respeto a la libertad de pensamiento de todos, la incorporación a las instituciones europeas y mundiales, el desarrollo económico, la igualdad de oportunidades en la enseñanza, la cobertura sanitaria universal, el impulso a la igualdad de derechos entre los hombres las mujeres,…..Todo con carencias y defectos a mejorar, pero sin lugar a dudas mucho mejor que lo que habíamos heredado.
También se reconoce que en la crisis de las hipotecas subprime de 2007, que en 2008 provocó una crisis internacional financiera, de liquidez, de alimentos, etc, fuimos con nuestras pensiones y junto a ONG y colectivos solidarios, la argamasa que permitió mantener cierta cohesión social, en unos años durísimos internacionalmente.
Y últimamente, a raíz de los contagios producidos por el COVID-19, y la pandemia producida por su causa, una vez más, hemos sido destacados.
En este caso por ser muy vulnerables en caso de contagio. Todos hemos oído y leído, que junto a otros colectivos de edad próxima, el contagio unido a nuestros achaques, propios de la edad, supone un riesgo muy importante de desenlace fatal en comparación con el que se puede producir en otras edades.
Pues bien, en esa estábamos, cuando hace aproximadamente una semana, leí el tanto por ciento oficial de vacunados por tramos de edad.
Y este es el dato oficial:
- Mayores de 80 años, vacunados 70,8%
- De 70 a 79 años, vacunados 3,8%
- De 60 a 69 años, vacunados 9,2%
- De 50 a 59 años, vacunados 11,2%
- De 25 a 59 años, vacunados 10,3%
- De 18 a 25 años, vacunados 4,7%.
Es decir, de todos los tramos de edad vacunados, somos el colectivo porcentualmente menos vacunado.
Ante estos datos solo añadir dos cosas. La primera, me alegro de todas las personas vacunadas, tengan la edad que tengan, cuantas más personas vacunadas menor riesgos para todos. La segunda, haciéndome por cuenta propia, portavoz del colectivo de 70 a 79 años,… ¡Ya está bien de palmaditas en la espalda!
Diego Hurtado Gallardo. Abril 2021.