Hace más de un mes ya eran unos 41.000 los gazatíes, ¿muertos o asesinados? De ellos, el 70% son mujeres y menores de edad y, además, unos 18.000 niños han quedado huérfanos de uno o de los dos padres.
Después de ello, el 13 de agosto, encabezados por uno de los ministros ultraderechistas del gobierno israelí, una turba de 2.000 fanáticos judíos, humillan al pueblo palestino, invadiendo la explanada de las Mezquitas, lugar reservado para el culto y rezo de sus gentes. Ese mismo día, EEUU aprueba un envío de armas por valor de 20.000 millones de euros, para seguir bombardeando zonas protegidas, centros escolares y hospitales.
Durante este tiempo, unos 72.000 colonos judíos, siguen ocupando terrenos palestinos de Cisjordania y Jerusalén este, con el agravante de atacar, periódica y fuertemente armados, además de protegidos por las fuerzas de seguridad, a sus indefensos vecinos palestinos. Puro fanatismo, fascismo y racismo.
Al tiempo, también periódicamente, el ejército israelí realiza incursiones brutales en Cisjordania, con terribles saldos de muertos, destrozo de infraestructuras y humillaciones injustificables.
Y no ahora, sino desde hace décadas, los distintos gobiernos israelitas han actuado con patente de corso. El incumplimiento de las resoluciones de la ONU que le afectan es numerosísimo, como es proverbial la vulneración del derecho nacional de bastantes estados por parte de los comandos operativos de sus servicios secretos. A ningún país del mundo se le ha disculpado o perdonado tanto.
A mediados de septiembre se produce el QUINTO bombardeo a una escuela de Naciones Unidas llena de agotados civiles, a consecuencia de los reiterados desplazamientos, con resultado de numerosos muertos, tanto de civiles palestinos, como de trabajadores de la propia agencia de la ONU. Por ahora, van ya unos 220 muertos de la UNRWA a manos del ejército israelí. En esta mortandad de empleados de la ONU, también es causante número uno el ejército israelí.
Y ahora, cuando ya está masacrado, pero no exterminado el pueblo palestino; cuando los judíos ya lo han sometido a la misma ignominia a que ellos fueron sometidos, cuando ya no se puede humillar más a un pueblo que no olvidará, se pone la vista, el acento, la barbarie y la guerra en los habitantes del Líbano y, en pocos días, han explosionado miles de dispositivos de comunicación, sin importar si esas explosiones podían afectar o no a niños o inocentes.
Con la misma táctica que la empleada en Gaza, han empezado los bombardeos en el Líbano. Donde sospechan que hay un miembro de Hezbolá, sin importar si es un centro educativo, hospital o un complejo de viviendas ocupado por personal civil, mujeres y niños… bombardean. Resultado, en unos días, más de 700 muertos y miles de heridos.
Y en el día de hoy, 27 de septiembre, ante el plenario de las Naciones Unidas, el primer ministro israelí ha tenido la desvergüenza de reclamar a la comunidad internacional el apoyo al pueblo judío, sin tener en cuenta los innumerables obstáculos, vejaciones, vulneración de derechos e incumplimiento de las numerosas resoluciones de la ONU declarando, como solución del conflicto, la existencia de dos estados soberanos y viables.
En el transcurso de este largo litigio, los ciudadanos hemos visto como, en ocasiones similares, algunos estados han sufrido sanciones y han sido apartados de su participación en eventos internacionales. En las recientes Olimpiadas celebradas en París, los atletas rusos, razonablemente, no han podido competir bajo la bandera de su nación, mientras que los israelitas sí. Esta doble vara de medir muchos no la entendemos.
Muchos creemos que no solo el gobierno israelí, también sus representantes culturales, deportivos y de cualquier condición no deben ser aceptados en las participaciones internacionales, mientras se está masacrando al pueblo palestino y se obstaculiza la creación de los dos estados. Prueba de ello son las reiteradas manifestaciones celebradas a favor de los palestinos en la mayor parte de los países del mundo. Y cuando estas no son tenidas en cuenta es cuando se piensa que los estados o las instituciones internacionales, ni oyen ni escuchan.
Muchos no entendemos que Benjamín Netanyahu sea recibido en la sede de la ONU cuando, en un pasado cercano, dirigentes de la antigua Yugoslavia fueron juzgados y condenados por organismos internacionales. Como no entendemos el silencio cómplice de la mayoría del pueblo de Israel, ante las atrocidades actuales, o la negación durante décadas de los más elementales derechos humanos de sus vecinos palestinos.
Por cierto, el mismo día que Israel iniciaba sus bombardeos al sur del Líbano, EEUU envió una ingente cantidad de tropas a la región. ¿Para proteger a quién?
También, muchos no entendemos la postura de Joe Biden defendiendo a ultranza al gobierno israelí, aun a costa de sufrir un enorme deterioro de la imagen de EEUU ante el resto del mundo.
EEUU, sí tiene la solución al conflicto. Basta con cerrar el grifo del armamento y dejar de ejercer el derecho de veto a las propuestas de sanciones a Israel, en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde hoy procuraré no dejar mi dispositivo móvil abandonado en cualquier lugar… la sombra del Mosad es muy alargada.
Postdata:
A última hora, me entero por los medios de comunicación de la muerte de Hasan Nasralá, máximo líder de Hezbolá, muerte producida como consecuencia de los bombardeos efectuados por el ejército israelí sobre seis edificios residenciales de seis plantas, en una zona densamente poblada. Con el paso de las horas, se irá conociendo el número escalofriante de niños, mujeres e inocentes muertos como consecuencia de este terrorífico bombardeo.
Los diversos poderes internacionales, tienen que parar YA al prepotente y sanguinario primer ministro de Israel, la guerra global en la región está cada vez más cerca.
Baza septiembre 2024.
Diego Hurtado Gallardo.